Traducciones Naruto

Obito - Creciendo

Crecer con Obito había sido una bendición y una maldición. Eran los mejores amigos, siempre estaban juntos y siempre se apoyaban mutuamente. Pero terminaste enamorándote de tu mejor amigo.

Eres seis meses más joven que Obito, y los dos han sido inseparables desde que nacieron. Cuando tu mamá te trajo a visitar a su mejor amiga, Obito estaba enamorado de ti. Era todo sonrisas cuando estabas cerca, y lloró toda la noche que te fuiste. A medida que creciste, ambos hicieron todo juntos; aprendieron a caminar, hablar, correr, fueron a la escuela y se graduaron juntos, fueron a todos los partidos de béisbol que él tenía, todo lo hicieron juntos. No pasó un día en que no estuvieran juntos (estás segura de que hay fotos de ustedes dos bañándose juntos cuando tenían cuatro años). Le diste clases particulares cuando terminaste con las clases, él te enseñó a jugar béisbol, y los fines de semana, si no estabas en un partido de béisbol, ambos jugaban videojuegos u Obito intentaba enseñarte a jugar como campocorto.

Sin embargo, tus sentimientos hacia Obito cambiaron a medida que creciste. Habías comenzado a notar tus verdaderos sentimientos por el Uchiha de ojos brillantes cuando comenzaste la escuela secundaria. Al principio eran cosas pequeñas, la forma en que sonreía, la forma en que jugaba béisbol, la forma en que siempre era optimista. Luego se convirtieron en cosas más grandes. Cómo daba el 100% en todo lo que hacía, cómo siempre te respaldaba, la forma en que es todo lo positivo en este mundo se envolvió en uno. Un día después de la escuela, estabas ayudando a Obito a estudiar para el próximo examen de matemáticas. Los dos estaban en su habitación, sentados en la mesa y revisando las ecuaciones que necesitaba memorizar. Treinta minutos después de estudiar, lo miraste (estaba muy concentrado en su papel, así que no se dio cuenta). Observaste sus rasgos faciales, su mandíbula afilada, sus ojos suaves, la forma en que sus cejas se fruncían en concentración. Todo te golpeó como un tren de carga. Tu corazón tartamudeó mientras pensabas en todo el tiempo que han pasado juntos. Con el paso de los años, tus sentimientos estuvieron latentes y en ese momento se hicieron evidentes. Estabas enamorada de Obito. Tus sentimientos solo crecieron a partir de ahí, pero los dejaste de lado para concentrarte en tus estudios y en apoyar a Obito. Nunca se convirtieron en un problema hasta que llegaste a la universidad.

Estabas almorzando con Obito, él estaba despotricando sobre un chico de su clase que no le gustaba, cuando de repente dejó de hablar al oír el sonido de la campana. Alguien había entrado al restaurante y cuando levantaste la vista notaste que esta persona tenía toda la atención de Obito. Una chica entró e hizo su pedido, se paró a un lado para esperar y Obito saltó de su asiento y caminó hacia ella. Los dos comenzaron una conversación mientras te sentabas y esperabas, Obito hizo reír y sonreír a la chica antes de señalar hacia donde estabas sentado. Los dos se acercaron y Obito te presentó a Rin, la reconociste de tu clase de inglés. Le diste una sonrisa y mantuviste las cortesías como siempre te enseñaron a hacer. Rin y Obito se sentaron uno al lado del otro y comenzaron a charlar sobre un tema del que no sabías nada, así que te sentaste y jugueteaste con tu comida. Llamaron a Rin y se fue después de agarrar su comida y despedirse. Fue después de que ella se fue que Obito comenzó a hablar de lo mucho que le gustaba y de que quería salir con ella. No hace falta decir que después de eso no volviste a tener hambre.

Desde ese día, Rin empezó a pasar más tiempo contigo y con Obito. Los fines de semana venía a jugar videojuegos, durante la semana se unía a tu sesión de estudio, por la noche os acompañaba a cenar y cuando había un partido de béisbol se sentaba justo a tu lado en las gradas animando a tu amigo. Siempre que Rin estaba cerca, nunca dejabas de notar el rubor que cubría el rostro de Obito. Obito siempre pasaba una hora después de que ella se fuera describiendo en detalle lo maravillosa que era y, como su mejor amigo, te sentabas a su lado y escuchabas atentamente. Esto continuó durante meses, hasta justo antes de que comenzara el torneo del campeonato.