Traducciones Naruto

Volvernos a ver después de una larga misión/ Shisui

Shisui:Había estado en una misión durante tres meses.Tres meses enteros sin vernosEntonces, cuando te escuchó llegar a casa, ¿realmente pudiste culparlo por abrir la ducha y aplastarte contra la pared?Por supuesto que noEspecialmente cuando lo extrañabas tanto como yo, lo cual era evidente por la forma en que te agarrabas a su espalda desnuda.Fue rápido en desvestirte y aún más rápido en guiarte al dormitorio.

—Mhhh, lo siento, pero te extrañé mucho —gimió en el beso, agarrando tus caderas con fuerza, presionándolas contra la pared con su propia pelvis.

"Está bien, yo también te extrañé", murmuras mientras te besas, te quitas el sujetador y lo arrojas a un rincón, su boca casi febril comienza a besar tu cuello. Agarras suavemente su cabello húmedo mientras inclinas la cabeza, haciendo que tu cuello sea más accesible.

Shisui mueve una de sus manos hacia tu trasero y aprieta el suave músculo de tu trasero. Cierra los ojos de placer mientras succiona tus clavículas, habiendo extrañado la dulzura de tu suave piel en sus labios, bajo las yemas de sus dedos.

Baja con cuidado tus bragas y las deja caer al suelo. Te agarra los muslos, justo por encima de las rodillas, y los levanta para que puedas rodear su cintura con tus piernas.

Accedes felizmente y envuelves tus brazos alrededor de sus hombros para brindarle apoyo adicional.

Él dirige sus puntas hacia tu centro, presionando suavemente hacia adentro mientras empuja su lengua por tu garganta.

A pesar de estar impaciente por moverse, te deja que te acomodes, succionando suavemente tu labio inferior. Comienza a mover suavemente sus caderas, inclinándolas perfectamente contra tu punto dulce.

Gimes suavemente contra sus labios, envolviendo tus brazos con más fuerza alrededor de su cuello. Él acelera sus embestidas, su pelvis choca contra la tuya.

"Lo siento, extrañé mucho esto", gime, su mano agarrando tus muslos con más fuerza mientras su pecho presiona contra el tuyo, atrapándote completamente contra la pared.

Con cada movimiento, su punta golpea tu punto dulce una y otra vez, su pene se contrae un poco a medida que se acerca al clímax. Esta sensación solo se intensifica cuando las paredes lo aprietan, estando también cerca.

Con una última embestida descuidada, vacía su carga en ti, mordiendo el punto blando donde se unen tu cuello y tus hombros.

Jadeando contra su cuello, le das unos cuantos besos suaves.

"Te extrañé mucho", murmuras en su oído, "y perdón por haber hecho que tu ducha fuera inútil".

"Je, está bien, valió la pena"