Minato

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~Punto de vista de Y/n~

Mis ojos se abrieron lentamente, la confusión se filtró en mi rostro cuando el cielo oscuro apareció a la vista. Resoplé decepcionada cuando vi el lugar vacío a mi lado. Un viento frío sopló por toda la habitación y temblé ligeramente.
Mis oídos zumbaron cuando Naruto dejó escapar un gemido debido al frío. Me quité las sábanas del cuerpo y fui a consolarlo.

"Naruto, es solo el viento", le digo con voz suave y lo levanto para acunarlo. Lo hago rebotar suavemente mientras se tranquiliza, la curiosidad se refleja en mis expresiones cuando veo una luz que viene de la puerta.
Una vez que Naruto se duerme una vez más, lo recuesto en la cuna y me dirijo hacia la sala de estar. Suspiro de fastidio cuando veo a Minato sentado en la mesa rodeado de papeles.
Camino detrás de él y envuelvo mis brazos alrededor de sus hombros.

—Dijiste que no traerías trabajo a casa —digo y apoyo la cabeza en su hombro. Se tensa un poco antes de dejar caer el bolígrafo que sostenía.

"Lo sé, ha habido muchas cosas últimamente", dice y se inclina hacia mis brazos. Le doy un beso en la cabeza antes de pensar en qué decir a continuación.

—Ya es muy tarde, Minato, ven a la cama. Me estoy congelando ahí solo —le digo mientras resopla.

—Está bien, dame unos minutos —dice y se quita mis brazos de encima. Sonrío y camino de regreso a la habitación de Naruto para ver cómo está. Me río al verlo parado en su cama, usando la barandilla como apoyo.

"No te quieres ir a la cama ahora, ¿eh?", le digo y me acerco a recogerlo. Me siento en la silla junto a su cuna y lo mezo suavemente. Sus ojos se cierran lentamente y lo miro con cariño.

—Te amo, Naruto—digo suavemente y me levanto para volver a acostarlo.

"Buenas noches", digo y jadeo cuando unos brazos rodean mi cintura.

—Pensé que íbamos a la cama —susurra Minato y me recuesto hacia él.

—Yo también —me río en voz baja y me doy la vuelta para mirarlo a la cara. Le doy un suave beso en los labios y le agarro la mano, llevándolo de vuelta a nuestro dormitorio.
Minato se quita la chaqueta y se pone el pijama. Me recuesto en la cama y rápidamente me meto bajo las cálidas sábanas. Apaga las luces y se sienta a mi lado en la cama.

—T/n, te amo mucho —dice y se acuesta.

"Yo también te amo", le digo y lo abrazo. Nos quedamos así por un rato hasta que escucho suaves ronquidos junto a mi oído. Lo aprieto levemente y me relajo.

—Trabajas demasiado —le digo y paso mis dedos suavemente por su cabello.

"Eres demasiado bueno. Ni siquiera puedo expresar cuánto te amo", le digo en voz baja y él me agarra con más fuerza. Una sonrisa adorna mi rostro mientras le froto la espalda y me quedo dormida.

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