Funda Tanto-Shisui Uchiha

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Shisui y (T/n) habían sido compañeros de casa por un tiempo, eran mejores amigos, pero últimamente, comenzó a sentirse un poco... diferente.

Para decirlo sin rodeos, se sentían extremadamente atraídos el uno por el otro. Su sensual rostro de Uchiha que, de alguna manera, ella no había notado hasta hacía poco, su estúpida sonrisa petulante cada vez que se ponía arrogante o sabía que tenía razón. Sus ojos oscuros y seductores... la hacían imaginarse a sí misma y a él en... situaciones.


Y ella no era estúpida, él la miró de la misma manera en que ella se encontró mirándolo a él.


Ella no era demasiado tímida para hacer un movimiento, simplemente no había encontrado el momento adecuado...


Hasta ahora.


Ella tuvo estos sueños extremadamente detallados sobre él en su pistolera... solo en su pistolera.


Encima de ella...


Entonces, como había ido al supermercado, donde no llevaba ni necesitaba su pistolera, ¿qué mejor momento, verdad?


Excepto que no iba a ser él el que llevara la pistolera en el hombro.


(T/n) caminó lentamente por el suelo hasta su dormitorio, quitándose la ropa poco a poco, una por una, para dejar un rastro detrás de ella. Dejó la puerta de su dormitorio abierta, como una invitación. Ella era una invitante, ¿verdad?


Se acercó a la mesita de noche, tomó la pistolera que había dejado allí y se la puso. Apartó las sábanas, se metió dentro y se las volvió a tapar, decidida a... entretenerse mientras esperaba que el hermoso Uchiha regresara.


Pasaron unos veinte minutos hasta que oyó que la puerta se abría y luego se cerraba. Luego, él dejó las cosas en el armario, pasos, pasos, pasos mientras lo guardaba todo. Una vez que terminó, oyó pasos cerca, deteniéndose a mitad de camino hacia la puerta. Sonrió.


Continuó lentamente, se había dado cuenta de la ropa en el suelo y de que la puerta estaba abierta y, de repente, su corazón se aceleró. Giró en la esquina para mirar hacia su dormitorio y no pudo evitar notar la sonrisa diabólica en sus labios. Se estremeció.


Se dio cuenta de que sus bragas habían sido arrojadas descuidadamente al pie de la cama mientras que su sujetador estaba tirado justo dentro de la puerta. "¿Pasa algo, Shisui?"


Ahora se dio cuenta de la posición en la que se encontraba, estaba claro que debajo de esas mantas, sus mantas , definitivamente se estaba tocando. Soltó un profundo suspiro que no sabía que había estado conteniendo. Igualó su sonrisa. "¿Por qué habría de pasar algo?" Se quitó la camisa.


De alguna manera, ante esa pregunta retórica, su sonrisa se hizo aún más amplia. Él ya estaba increíblemente excitado por su actitud tranquila y segura. Avanzó con paso decidido, agarrando con la mano el borde de la manta, y la tiró para dejarla caer al suelo.


—Mierda. Mierda. Mierda . —Maldijo en su cabeza mientras la observaba mientras ella bombeaba perezosamente sus dedos dentro y fuera de su goteante entrada. Se le quedó sin aliento y sus ojos recorrieron su cuerpo, y se habrían detenido para detenerse en sus pechos, pero notó algo justo encima de ellos que lo hizo continuar.


Su pistolera de hombro.


De repente, sus pantalones le resultaron demasiado incómodos y estaba dispuesto a embestirla contra el colchón en ese mismo momento. Se bajó los pantalones, se subió encima de ella y agarró la muñeca de la mano con la que ella se estaba dando placer.

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