Lazos de Sangre

Capitulo 2

Pov: Agustín

Eran las 5:40 cuando sonó mi despertador. Había dormido muy mal, así que me levanté para prepararme y dejar listo el desayuno para mi esposa. Tenía que llegar temprano a la empresa; de lo contrario, mi hermana probablemente me mataría. Lo más probable era que ni siquiera volvería a casa para la cena, la oficina estaba hecha un desastre y seguramente nos quedaríamos hasta tarde. Mientras preparaba el desayuno, sentí unas manos frías deslizarse bajo mi camisa y acariciar mi espalda. Me di la vuelta por impulso y me encontré con Alisson, que sonreía con los ojitos medio cerrados.

—Buenos días, linda —dije, dándole un beso en la frente.

—Buenos días, cariño —respondió, abrazándome mientras temblaba de frío.

La primera vez que la conocí no fue de la mejor manera. Sinceramente, no estaba en mi mejor estado, pero mi hermana sí lo estaba, y ella se encargó de que la reunión no terminara en desastre. Ese día estábamos contratando nuevo personal para la compañía. Alisson fue una de las personas que dejó su currículum para el puesto de asistente personal.

Flashback

—Siguiente —dije, cansado, mientras tachaba el quinto nombre de mi lista—. Hoy va a ser un día interminable —comenté, mirando a mi hermana, que extrañamente se mantenía tranquila.

—Si no conseguimos a alguien que valga la pena, no tenemos otra opción que seguir con las entrevistas —respondió, restándole importancia—. Así que, cambia esa cara; se supone que yo soy la amargada —dijo, mirando su lista—. Adelante.

—Buenas tardes —dijo una chica que me pareció muy bonita. Tenía el pelo largo y rubio, una piel radiante, era algo bajita y tenía unos ojos verdes cautivadores.

—¿Cómo estás? —pregunté mientras revisaba su currículum.

—Muy bien, ¿y ustedes? —respondió, mientras tomaba asiento con una sonrisa relajada.

—Bien, gracias por preguntar —dijo Natalia, mirándola amablemente. Sabía que la chica cumplía con todas las características que me atraían y algo estaba planeando, estoy seguro—. ¿Cómo te llamas?

—Me llamo Alisson —dijo, mostrando confianza, lo cual me pareció encantador—. Un gusto.

—Tu currículum es muy completo. Contanos, ¿qué te llama la atención del puesto? —pregunté, bajando la mirada al currículum.

—Porque sé que necesitan a alguien responsable, y la responsabilidad es mi principal virtud. Me gusta ayudar y admiro cómo su empresa utiliza las ganancias para apoyar proyectos en África y países de bajos recursos. Creo que puedo aportar mucho —respondió con calma.

—El puesto es tuyo —dijo Natalia antes de que pudiera intervenir, su sonrisa iluminó su rostro—. Por favor, espera fuera de la oficina mientras terminamos con las entrevistas para otros puestos.

—Entendido, señorita Collins, muchas gracias por la oportunidad —dijo Alisson mientras salía de la oficina. Yo lancé una mirada fulminante a mi hermana.

—No me mires así, me lo vas a agradecer —dijo entre risas—. Te conozco, desde que entró la miraste diferente y tu cara de culo cambió.

—No va a pasar nada, es solo una empleada —dije, tratando de sonar neutral.

—Claro, acordate que yo era la antisocial, odiosa, que tenía asco por el amor, y mírame ahora, felizmente casada —dijo, mostrando su anillo de compromiso con orgullo.

La primera semana traté de evitar a Alisson. Me aterraba empezar a sentir algo por ella. Pero, a medida que vi su dedicación, me relajé, hasta que empezamos a desarrollar una gran química. En los momentos en que necesitábamos ayuda, ella estaba allí, dispuesta a quedarse después del horario para asegurar que todo saliera bien y sin estrés. Había días en los que mi hermana salía y nos dejaba solos, pero me sentía cómodo hablando con ella. Después de varios meses esquivando sus indirectas, finalmente cedí gracias a mi hermana, y comenzamos a salir. Después de dos años de relación, le propuse matrimonio.