Pov Natalia
Después de dejar que la parte de mí que había intentado ocultar tomara el control por un rato, me dejé llevar por las lágrimas y la sensación de ser una idiota. La tristeza se apoderó de mí, y en un intento de recuperar algo de control, le ordené a Richard que cuando Luna llegara, le preguntara qué quería hacer. Quería que se sintiera libre de elegir: si quería irse, que se asegurara de que llegara bien al avión; si prefería quedarse, que le dijera que mi habitación era para ella.
Decidí que ella podía dormir en mi cama. Con ese pensamiento, me acosté en el sillón del living, dejando que el agotamiento me envolviera. Apagué todas las luces menos la de la cocina, que se filtraba suavemente en la habitación, creando un ambiente cálido y acogedor. Cerré los ojos, sin darme cuenta de en qué momento me quedé dormida.
No sé cuánto tiempo pasó, pero cuando la puerta se abrió y escuché la voz de Richard y el suave murmullo de Luna, una parte de mí se despertó. La sentí acercarse al sillón donde estaba, y mi corazón se aceleró al instante. En un estado entre el sueño y la vigilia, me esforcé por hacerme la dormida.
—No quiero perderte —susurró, su voz temblaba ligeramente, y mis sentidos se agudizaron al instante—. Pero no sé qué hacer. Me siento rara cuando estoy cerca tuyo. Me pongo nerviosa, quiero verte todo el tiempo, y no puedo sacarte de mi cabeza. Nunca pude hacerlo... Desde que tenía 13 años, que no puedo hacerlo.
Sus palabras me atravesaron como un rayo. Esa confusión que había sentido durante años resonaba en su voz, y el aire se cargó de una emoción que no podía ignorar.
—Siento una conexión que no entiendo... —continuó, y su voz se volvió aún más suave—. Como si, de alguna manera, me hicieras sentir completa. Lo que siento por vos nunca se va a comparar con lo que siento por él.
Un nudo se formó en mi garganta, y mi corazón se aceleró ante su confesión. Esa verdad latente entre nosotras, siempre a la sombra de lo que no decíamos, parecía cobrar vida en el silencio de la habitación. Quería saltar del sillón y abrazarla, pero el miedo a que se diera cuenta de que no estaba dormida me mantuvo inmóvil. Sabía cómo era ella; temía que, al percibir mi presencia, se retractara y se retirara nuevamente a su mundo de dudas y certidumbres. Para mi sorpresa, sentí un suave beso en mi frente. Fue un gesto tierno y lleno de significado, un roce que me dejó un rastro de calidez que se expandió por todo mi ser.
Escucharla hablar de sus sentimientos me parecía extraño. Si yo era un pedazo de hielo, ella era la reina del hielo, atrapada en un laberinto de emociones contradictorias. Esa conexión que mencionaba, esa que sentíamos desde hacía años, flotaba entre nosotras como un hilo dorado, y sin embargo, ninguna de las dos sabía como explicarlo.
Sentí su mirada, cómo acariciaba suavemente mi cabello, y mi pecho se apretó con la mezcla de nostalgia y deseo. Cada caricia era un recordatorio de los momentos compartidos, de risas y secretos, de un pasado que siempre había estado ahí, esperando a ser reclamado. Cuando noté que estaba a punto de levantarse, no pude contenerme más. Estiré el brazo y la jalé suavemente hacia mí, invitándola a compartir el espacio en el sillón.
—No digas nada, solo quiero dormir —susurré, abrazando su brazo con delicadeza, para evitar que se vaya.
Su cercanía era un bálsamo para mi alma, y mientras cerraba los ojos, dejé que el cansancio me arrastrara, junto con la certeza de que, aunque el futuro era incierto y tormentoso, en ese momento, al menos, estábamos juntas. La oscuridad me envolvió, pero no me sentía sola; tenía a Luna a mi lado, y eso, en ese instante, era suficiente para calmar la tormenta en mi interior.
A la mañana siguiente, me desperté abrazando una almohada. El sillón estaba vacío, y por un segundo me pregunté si todo lo de la noche anterior había sido un sueño. Me incorporé lentamente, todavía sintiendo el calor del abrazo y el roce de sus palabras en mi mente.
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Lazos de Sangre
Science FictionEn esta historia se vera lo que es capaz de hacer una persona por rencor, venganza y por desamor. Natalia y Agustín son 2 hermanos que buscan vivir de lo que les apasiona hasta que empiezan a pasar sucesos de por medio que los van frena, Natalia per...