Capitulo 50

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Pov Natalia

Cuando ya estuvimos todos de acuerdo, me levanté para lavar mi taza. Al entrar en la cocina, vi que James y Scarlett me habían seguido.

-Debe ser molesto -comentó James, apoyándose en la mesada.

-¿Qué cosa? -respondí, secando la taza y guardándola, mientras me apoyaba en la mesada junto a el.

-Que nos manejemos como si tu casa fuera un hotel -comentó Scarlett, mirando a James con una sonrisa.

-No me molesta que estén acá -aclaré, sin perder mi tono relajado.

-Después de lo que contó Neithan, sabemos que querías estar con Luna -agregó James, con una sonrisa pícara-. Así que, si necesitas que los saque a todos a patadas, solo pedilo.

-¿Y ustedes dos? -pregunté, girándome hacia ellos con una sonrisa curiosa, disfrutando del momento.

-¿Nosotros qué? -respondió James, frunciendo el ceño como si no entendiera la pregunta.

-¿Ya pasó algo entre ustedes dos? -seguí, sin dejar de sonreír. Estaba disfrutando viendo cómo se ponían incómodos.

James se quedó callado un segundo, buscando qué decir. Scarlett, en cambio, no se molestó en esconder su risa.

-No, pero no porque yo no quisiera -dijo ella, guiñándome un ojo-. James es demasiado correcto.

James la miró con una expresión de "¿Me estás jodiendo?", pero no pude evitar soltar una risa.

-¿Correcto? -le pregunté, levantando una ceja-. Ay, James, ¿desde cuándo sos tan serio para garchar?

-No soy correcto, pero ¿viste los brazos de Jason? -preguntó James nervioso, como si eso fuera una excusa para cambiar de tema.

-¡Ah, ya entendí! -comenté riéndome de él-. Le tiene miedo a tu hermano. -Miré a Scarlett, que empezaba a reírse con ganas.

-Y vos tenes miedo a ser la sumisa de Luna -atajó James, con una sonrisa traviesa. Lo miré con los ojos bien abiertos, sorprendida-¡Uy! ¿Y ahora quién es la avergonzada?-exclamo y levante las manos en señal de rendición

-Cállate -dije, rodando los ojos mientras él no dejaba de sonreír, disfrutando de mi incomodidad.

-Ahora sí, me disculpo -dijo con tono sarcástico, comenzando a levantarse-. Voy a despejarle el terreno a alguien para que por fin pueda hacerlo.

Lo frené antes de que se alejara.

-Vas a ser muy obvio -comenté, sabiendo que James no podía hacer nada sin llamar la atención-. Además, Agustín me pidió que vaya por unos papeles a la discográfica.

Volvimos al living, donde todos estaban hablando animadamente. Me acerqué al grupo con la intención de anunciar que me iba.

-Chicos, yo tengo que hacer unas cosas, así que si se quieren quedar, quédense mientras no prendan fuego mi casa -dije, con tono relajado.

-¿Queres que te acompañe? -preguntó Luna, levantándose de donde estaba sentada. La miré encantada con su oferta.

-Sí, dame 5 minutos que me cambio -respondí, subiendo las escaleras rápidamente. En menos de lo que esperaba, bajé, lista para salir. Caminamos hacia la puerta y salimos al auto. El trayecto fue silencioso, cómodo, pero algo en el aire estaba cargado de tensión.

De repente, Luna posó su mano sobre la mía, algo tan simple y tan significativo al mismo tiempo.

-¿Estás nerviosa? -preguntó, su voz era suave y preocupada, rompiendo el silencio.

Lazos de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora