Capitulo 29

116 5 0
                                    


Pov Agustin

Ya habían pasado un par de días desde el incidente con mi hermana, aunque el recuerdo seguía rondando en mi mente, como una sombra difícil de ignorar. Ella se había quedado con Sarah todo este tiempo, y Luna iba a verlas cada vez que lograba escaparse de mi papá. Yo, por mi parte, intentaba distraerme, pero algo en el aire me mantenía en tensión constante. Hoy era el día de los premios, un evento que, en teoría, debía ser divertido. Habíamos tenido ya la reunión con los artistas, aclarando algunos términos. Aunque les dábamos libertad para hacer lo que quisieran fuera de la empresa, les pedimos explícitamente que no asistieran a la fiesta del rapero que nos había invitado por su seguridad. Y que si querían, podían venir a la nuestra, que sería en la casa de mi hermana.

A pesar de todo, una sensación de incertidumbre flotaba en el ambiente, como si algo estuviera a punto de suceder. Neithan, James y yo decidimos ir a tomar algo antes de arreglarnos para la gala. Terminamos en un bar tranquilo, uno de esos con luces cálidas y una música suave que apenas se notaba de fondo. James, como siempre, ya se había encargado de organizar la fiesta posterior.

—Entonces, ¿Cómo será la entrada? —preguntó Neithan de repente, rompiendo el silencio mientras daba vueltas a su vaso.

Nos miramos, confundidos, como si la pregunta no tuviera mucho sentido. James soltó una risa seca antes de darle un trago a su cerveza.

—Es solo caminar por una alfombra —respondió encogiéndose de hombros, casi con indiferente.

—¿Y las chicas? —pregunté, en un intento por desviar mi mente de esos pensamientos incómodos.

—Luna y Sarah están con sus... princesos —comentó James distraídamente, señalando hacia la puerta como si las hubiera visto pasar hace un rato.

—Natalia está con tu padre —agregó Neithan, lanzándome una mirada de reojo—. Me avisó que habían salido a caminar y que iban a ir a un museo.

Antes de poder responder, una voz femenina interrumpió nuestra conversación, rompiendo nuestra pequeña burbuja. Ahí estaba Luna, acompañada por un chico que no había visto antes.

—Me ofende muchísimo que no me hayan invitado a su reunión de testosterona —dijo, fingiendo indignación, mientras se acercaba.

—Vos lo dijiste, es salida de machos —acoto James con una sonrisa, pero Luna le devolvió una mirada fulminante.

—Él es Joaquín —presentó al chico, que extendió la mano con una sonrisa educada.

—Un gusto, maestro. Agustín —respondí, estrechando su mano antes de que los otros dos hicieran lo mismo.

—James y Neithan —dijo Luna, completando las presentaciones mientras se sentaba junto a nosotros—. ¿Les molesta si él viene con nosotros hoy?

La idea no me gustaba del todo, y busqué la reacción de mis amigos antes de dar una respuesta.

—Sí, ¿por qué no? —respondió James sin pensarlo mucho, a lo que yo solo pude alzar una ceja, un tanto incrédulo por su rápida aceptación.

Joaquín se acomodó en la silla al lado de Luna, y aunque sonreía, había algo en su manera de moverse, de medir cada gesto, que no terminaba de convencerme. Luna parecía relajada, pero yo no podía evitar sentir una ligera tensión en el aire, como si la presencia de ese tipo alterara el equilibrio que habíamos tenido hasta ese momento. Quizás era solo una paranoia mía, pero no me sentía cómodo con él ahí.

—Entonces, ¿ya tienen todo listo para la noche? —preguntó Joaquín, como si hubiera estado con nosotros todo el tiempo, su tono era demasiado casual y confianzudo para mi gusto.

Lazos de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora