Capitulo 47

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Pov Agustin

La cena ya había terminado. Después de saludar a nuestros viejos, al tío Simón y a su esposa, nos pusimos todos a levantar la mesa del patio. Había que apurarse antes de que empezara a caer la gente para la fiesta. Mientras acomodábamos los platos y juntábamos las botellas, Neithan miró en dirección a donde Natalia no le sacaba los ojos de encima a Luna, que charlaba muy cómoda con Joaquín.

—Esas dos, están que explotan —tiró Neithan, sacudiendo la cabeza con una risa.

—Me parece que necesitan un empujoncito —saltó James, que venía llegando con Scarlett.

Scarlett, que no soltaba a James ni un segundo, se asomó curiosa por el hombro de él.

—¿Qué se traen ustedes ahora? —preguntó, sin disimular las ganas de saber.

Neithan, con una sonrisa pícara, le respondió:

—A ver, te lo explico: Natalia es re tranqui, pero cuando algo la jode en serio, no se guarda nada. Va de frente.

Scarlett arrugó la frente, todavía medio en blanco.

—¿Y eso qué tiene que ver?

Mitchelle, que justo se nos unía, soltó una carcajada.

—Que si la hacen explotar los celos, se arma una noche tremenda... o termina mal —dijo, como quien no quiere la cosa—. Hasta yo, que ni bola le di a la situación, me di cuenta de que Natalia está celosa.

Neithan le lanzó una mirada aprobatoria.

—Hermosa e inteligente —murmuró, con una sonrisa canchera, y Mitchelle le devolvió una mirada cómplice.

James, ya metido en el papel, sacó una sonrisa traviesa.

—Tengo un par de juegos pensados para esto.

Mitchelle levantó una ceja, entre sorprendida y divertida.

Scarlett se dio cuenta y le habló a su hermana, con cara de querer saber más.

—Mitch, tu conoces a Natalia mejor que yo. Dale, ayudalos un poco.

Mitchelle se cruzó de brazos y nos miró, como evaluándonos antes de hablar.

—Natalia tolera a Joaquín porque sabe que es superior, pero si ve a Luna con otra mujer o algunos de ustedes, ahí si le va a molestar.

Nos miramos entre todos, y cuando le clavamos la mirada a James, él se adelantó enseguida:

—Olvidate, yo paso —dijo, rodeando a Scarlett con un brazo—. Aparte, no soy infiel.

Mitchelle soltó una carcajada.

—Es bueno saberlo —se rió—. Podrían llamar a Sarah —propuso con una sonrisa de pura complicidad.

Neithan y yo nos miramos, entendiendo todo sin decir una palabra. Scarlett, para cerrar la idea, sugirió:

—Hacemos un par de juegos para calentar... y después caemos con el clásico "siete minutos en el paraíso".

El grupo se rió, imaginándonos cómo podía terminar la noche. No nos engañemos: era jugársela bastante, pero en el fondo todos teníamos ganas de ver qué salía de todo esto. La noche prometía quilombo del bueno.

Pov Natalia

La música ya sonaba por toda la casa. Habíamos puesto una barra con bartenders, y la casa se empezaba a llenar de gente, algunos que no tenía idea de quiénes eran, pero que igual se acercaban a saludarme por mi cumpleaños y a pedirme fotos. Supuse que los chicos habrían invitado a un par de seguidores.

Lazos de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora