muchas historias de terror.

Capitulo 17:La leyenda del Guardián de los Puntos

La leyenda del Guardián de los Puntos.

En un pequeño pueblo rodeado de espesos bosques, existía una antigua leyenda que los más ancianos contaban a los niños para mantenerlos alejados de los árboles oscuros al caer la noche. La leyenda hablaba de una extraña criatura, conocida como El Guardián de los Puntos, una figura alta y delgada que vestía un traje negro cubierto de coloridos puntos y siempre llevaba un sombrero de ala ancha. Su rostro estaba marcado por una sonrisa permanente, una que podía ser tan inquietante como consoladora, dependiendo de cómo lo vieran.

Se decía que El Guardián vagaba por los bosques durante la noche, observando silenciosamente a cualquiera que se atreviera a adentrarse en su territorio. Nadie sabía si era un ser malvado o bondadoso, pues las historias variaban. Algunos afirmaban haberlo visto desde la distancia, asegurando que se escondía entre los árboles, y que los afortunados que lograban escapar sentían una profunda sensación de alivio al salir del bosque. Otros contaban que aquellos que se adentraban demasiado en los bosques y se encontraban con él nunca regresaban, llevados por el Guardián a un lugar del que no había retorno.

Pero había una historia más antigua, menos conocida, que hablaba de su verdadero origen.

Hace siglos, en los mismos bosques, vivía un humilde sastre llamado Erasmus. Él amaba su trabajo y su habilidad era tan prodigiosa que los nobles de tierras lejanas le encargaban trajes para festivales y bodas. Un día, una misteriosa mujer llegó a su tienda. Llevaba un manto oscuro y su rostro estaba oculto por una capucha. Le pidió a Erasmus que le confeccionara un traje que nadie jamás hubiera visto, uno que destellara con vida propia y que pudiera cambiar el destino de quien lo vistiera.

Erasmus trabajó día y noche, cosiendo con telas que brillaban como las estrellas y añadiendo pequeños puntos de colores vibrantes, que parecían moverse y brillar bajo la luz. Al entregar el traje, la mujer, que resultó ser una poderosa hechicera, sonrió satisfecha, pero no cumplió con el pago prometido. En lugar de monedas de oro, le lanzó una maldición: "Por tu avaricia y egoísmo, estarás atado a este bosque. No tendrás descanso hasta que tus puntos traigan paz a aquellos que más temen".

Erasmus se transformó lentamente en la alta figura que hoy en día merodea el bosque. Durante siglos, ha estado buscando a aquellos que están llenos de miedo para guiarlos, aunque al principio les cause pavor con su extraña apariencia. Aquellos que son capaces de ver más allá de su máscara de terror, encuentran en él un protector y guía que los conduce a un prado mágico, donde los temores desaparecen y todo es paz.

Sin embargo, la maldición sigue viva. El Guardián de los Puntos solo puede ayudar a unos pocos cada generación, y hasta que su redención sea completa, seguirá deambulando por los oscuros bosques, esperando a los perdidos, los miedosos, y aquellos que necesiten su ayuda sin saberlo.

Los aldeanos hoy en día cuentan esta historia no solo para advertir a los niños del peligro del bosque, sino también para recordar que no todo lo que parece aterrador lo es, y que a veces los mayores guardianes se esconden detrás de las apariencias más inquietantes.