Capitulo 22:El Oso de las Pesadillas

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Cuenta la leyenda que en un bosque oscuro y profundo vive una criatura que pocos han visto y aún menos han sobrevivido para contar. Lo llaman El Oso de las Pesadillas. Nadie sabe de dónde vino ni por qué ha aparecido en esa región, pero los pocos testigos que han escapado de él describen su apariencia con absoluto horror.

Este oso no es como cualquier otro. Su pelaje, negro como la noche, parece absorber la luz, y su tamaño es descomunal, mucho mayor que el de un oso común. Sus ojos, de un rojo intenso, emiten un brillo que hiela la sangre, y sus garras largas y afiladas están siempre manchadas de una sustancia oscura, como si hubiera pasado años desgarrando las sombras mismas.

Pero lo más aterrador del Oso de las Pesadillas no es su apariencia, sino su comportamiento. La criatura parece estar impulsada por una rabia insaciable, atacando a cualquiera que ose adentrarse en su bosque. No necesita razones ni provocaciones: si alguien cruza su territorio, el oso simplemente aparece, en silencio, moviéndose de una manera extrañamente precisa y metódica, como si hubiera estudiado cada movimiento de sus presas.

La Caza

Cuando el oso acecha, el tiempo parece detenerse. No emite ningún sonido; su presencia solo se percibe por el peso de una terrible sensación de ser observado. Las personas que han escapado del bosque aseguran haber sentido su mirada antes de ver siquiera su sombra. Al principio, algunos piensan que es solo paranoia, pero pronto escuchan el crujido de hojas y ramas, y entonces es demasiado tarde.

El oso demoníaco tiene un patrón en su ataque: primero persigue a su víctima durante horas, incluso días, asegurándose de que cada paso que da esté envuelto en angustia. Cuando finalmente decide atacar, aparece de la nada, lanzándose sobre su presa con una furia silenciosa pero implacable. Y lo más perturbador es que no ataca para alimentarse; simplemente desgarra y destruye, dejando a sus víctimas apenas irreconocibles, como si fuera su forma de advertir a otros que ese bosque le pertenece.

Un Encuentro Aterrador

Una noche, un grupo de excursionistas decidió desafiar las historias y acampar en el bosque. No creían en leyendas ni en cuentos de terror; para ellos, era solo un bosque más. Pero, cuando la medianoche cayó, comenzaron a notar una serie de ojos rojos que brillaban en la oscuridad, como si algo los rodeara en silencio. Uno de ellos, aterrorizado, intentó huir, pero fue el primero en desaparecer entre las sombras.

Los demás apenas tuvieron tiempo de reaccionar cuando el oso emergió entre los árboles. Uno a uno, intentaron escapar, pero la criatura los atrapó con una precisión brutal, moviéndose entre ellos sin descanso. Los pocos que lograron escapar del bosque esa noche describieron al oso como algo más que un animal: una pesadilla viva que los perseguiría siempre.

La Leyenda Vive

Desde entonces, el bosque ha permanecido abandonado. Cualquiera que pase cerca de esa zona por la noche asegura escuchar pisadas pesadas en la oscuridad y el murmullo de hojas que parecen moverse solas. El Oso de las Pesadillas sigue ahí, esperando, guardando su territorio con un rencor inhumano, y aquellos que saben de él solo se atreven a susurrar su nombre... con la esperanza de que nunca los escuche.

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