Capitulo 39: el guardián del castillo.

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En lo alto de una colina rodeada de niebla y árboles antiguos, se alza un castillo abandonado desde tiempos inmemoriales. Las piedras de sus muros están gastadas, las torres desmoronadas, y el silencio que lo rodea es tan espeso como la niebla que lo cubre cada noche. Sin embargo, a pesar de su abandono, el castillo no está desprotegido. En su interior habita una figura oscura y espectral, conocida como el Guardián del Castillo.

El Guardián tiene una presencia imponente y aterradora: su cuerpo está cubierto por una armadura negra y oxidada, cuyos bordes filosos reflejan un brillo espectral bajo la luz de la luna. Dentro de esa armadura, no hay carne ni hueso; en su lugar, un vacío de sombras se arremolina y se mueve como un humo oscuro que da forma a un cuerpo humanoide. En su cabeza, lleva una majestuosa corona de plata oscura, que simboliza su autoridad sobre el castillo y su rol de protector eterno. Nadie sabe si fue un rey, un caballero leal o un guerrero caído; solo se sabe que la corona en su cabeza es un recordatorio de su poder y de su propósito.

La Historia del Guardián

Cuenta la leyenda que hace muchos siglos, este castillo fue el hogar de un rey sabio y justo, pero, como muchas historias, la prosperidad atrajo la envidia y la traición. Una noche, mientras la corte celebraba, el rey fue traicionado y asesinado por aquellos en quienes más confiaba. Con su último aliento, el rey hizo un juramento: protegería su castillo y sus secretos por toda la eternidad, para que nadie más pudiera profanarlos o traicionar su memoria. Y así, su espíritu se fusionó con las sombras del lugar, convirtiéndose en el Guardián del Castillo.

Desde entonces, aquellos que se atreven a entrar en el castillo sienten el frío de su presencia y escuchan los ecos de sus pasos resonar en los pasillos. El Guardián no ataca a cualquiera; solo castiga a quienes buscan saquear o profanar su hogar. Algunos aventureros aseguran haberlo visto, parado inmóvil en el salón principal, su figura oscura y coronada observando en silencio, como un juez esperando el momento adecuado para impartir justicia.

La Leyenda del Castillo Prohibido

Los pocos que lograron escapar del castillo cuentan que el Guardián aparece como una sombra que emerge de la oscuridad, cubierto por su armadura y con su corona brillando con un destello siniestro. No habla, pero su sola presencia basta para infundir un terror profundo en cualquiera que ose profanar su territorio. En ocasiones, se le ha visto alzar una espada espectral, una hoja de sombras tan fría que se dice puede congelar el alma de aquellos a quienes toca. Pero para aquellos de corazón puro que se han perdido y buscan refugio, el Guardián se convierte en una presencia silenciosa, guiándolos fuera de los muros antes de que la noche los atrape para siempre.

Con el tiempo, el castillo se convirtió en un lugar prohibido, y las generaciones que siguieron aprendieron a respetar el terreno que el Guardián del Castillo protege. Aunque pocos se aventuran hoy en día a cruzar sus puertas, la historia del Guardián sigue viva en las leyendas del pueblo, recordando a todos que, aunque el tiempo pase y las piedras se desgasten, hay almas que nunca dejan de cumplir su deber.

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