Capitulo 25: El filtro maldito

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Era una noche oscura y nublada cuando Leo, un adolescente apasionado por lo paranormal y los filtros de redes sociales, decidió aventurarse en la Mansión Hollow, una vieja casa embrujada famosa por sus avistamientos de espíritus. Había escuchado que ahí rondaba un espectro extraño: un gato diabólico que, según decían, nunca había sido capturado en fotos. Sin embargo, Leo tenía un plan infalible: llevaría su celular con el famoso "filtro de anime", que supuestamente lograba captar las imágenes más raras y “desgraciaba” a cualquier entidad paranormal que lo enfrentara.

Al entrar, un silencio sepulcral llenaba el lugar. Las paredes crujían, y el viento hacía danzar las cortinas raídas como si fueran sombras vivas. Leo encendió la linterna de su teléfono y comenzó a explorar cada rincón, hasta que escuchó un maullido profundo y rasposo. Su corazón latía con fuerza, pero estaba decidido a captar el espíritu con el filtro de anime. Después de todo, ¿qué podía salir mal?

Al girar la esquina de un pasillo oscuro, lo vio: un gato grande y negro, con ojos brillantes y una cola esponjosa que se movía lentamente. Sin pensarlo, Leo activó el filtro y apuntó su cámara hacia la criatura. Al instante, el filtro comenzó a distorsionar la imagen, como si el teléfono estuviera luchando para procesar la energía maligna del espíritu. El gato, al ver su reflejo distorsionado en la pantalla, emitió un maullido agudo y ensordecedor que sacudió las paredes. Sus ojos se tornaron aún más rojos, y un aura oscura rodeó su cuerpo.

De repente, el filtro comenzó a actuar con más fuerza, y el espíritu del gato comenzó a deformarse en la pantalla, como si el propio filtro estuviera absorbiendo su energía. El gato intentó abalanzarse sobre Leo, pero a medida que lo hacía, su figura comenzó a desvanecerse, pixelada y sin forma. Con un último maullido de furia, el gato desapareció completamente de la pantalla, y solo quedó un rastro de luces brillantes flotando en el aire, como si fueran partículas de polvo que se iban disipando.

Leo exhaló aliviado, sabiendo que había logrado lo imposible: usando solo un filtro de anime, había "desgraciado" al gato fantasma de la Mansión Hollow. Satisfecho, guardó su teléfono y salió corriendo, decidido a nunca más subestimar el poder de un buen filtro… y la peligrosa venganza de los espíritus felinos.

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