Capitulo 87:Driáculo, el Azote de la Noche

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Driáculo, el Azote de la Noche

En lo más profundo de los bosques de Taiga, donde la luz de la luna apenas atraviesa las copas de los árboles, las leyendas hablan de un ser tan aterrador como imposible: Driáculo, el híbrido entre hombre lobo y vampiro. Criatura de sombras y misterio, Driáculo es el resultado de una antigua maldición que fusionó dos de las entidades más temidas por la humanidad.

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El Origen de Driáculo

Hace siglos, en una aldea olvidada por el tiempo, un hombre llamado Vladek Drial vivía como protector del pueblo. Era un cazador feroz que enfrentaba lobos, vampiros y cualquier amenaza que pusiera en peligro a su gente. Pero una noche fatídica, durante una cacería en la luna llena, Vladek fue atacado por una manada de lobos infectados con licantropía. Logró sobrevivir, aunque su cuerpo quedó maldito por el veneno de la mordida.

Mientras luchaba por controlar su transformación, el destino le reservaba un golpe aún más cruel. Al regresar a su aldea, fue emboscado por un vampiro antiguo, quien, atraído por el sufrimiento de Vladek, lo convirtió en una criatura de la noche, deseoso de ver qué sucedería al combinar las dos maldiciones más poderosas.

El resultado fue una abominación: un hombre lobo con alas negras y membranosas, ojos rojos que brillaban en la oscuridad, y colmillos capaces de destrozar la carne más dura. Pero lo peor no era su apariencia, sino su insaciable hambre. Vladek ya no era humano; se había convertido en Driáculo, el Azote de la Noche.

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Características de Driáculo

1. Fuerza y velocidad inhumanas: Su lado de hombre lobo le otorga fuerza brutal y velocidad animal, mientras que sus habilidades vampíricas le permiten moverse silenciosamente como una sombra.

2. Alas vampíricas: Con sus alas de murciélago, puede acechar desde las alturas, lanzándose sobre sus presas antes de que puedan reaccionar.

3. Hambre dual: Driáculo no solo se alimenta de la sangre de sus víctimas; también devora sus cerebros para absorber sus recuerdos y fragmentos de sus personalidades. Esto le permite aprender constantemente, volviéndose más inteligente y estratégico con cada víctima.

4. Control de las sombras: Heredando parte de las habilidades vampíricas, Driáculo puede manipular la oscuridad, volviéndose casi invisible en la noche.

5. Inmunidad parcial a las debilidades tradicionales: La plata lo hiere, pero no lo mata, y aunque teme al fuego, el ajo y las cruces no tienen efecto en él debido a su naturaleza híbrida.

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El Reinado de Terror

Driáculo comenzó a sembrar el caos en los alrededores de Taiga. Los habitantes de las aldeas cercanas reportaban desapariciones extrañas y un ambiente pesado que parecía envolver sus hogares durante la noche. Sus víctimas eran encontradas inmóviles, con expresiones de vacío en el rostro, como si algo se hubiera llevado su esencia.

Los aldeanos describían escuchar un aullido gutural mezclado con un siseo vampírico antes de que alguien desapareciera, y aquellos que sobrevivían describían una figura gigantesca que descendía desde las copas de los árboles como un demonio alado.

Las aldeas comenzaron a formar grupos de caza para enfrentarlo, pero ninguno regresaba. Los pocos rastros encontrados eran armas rotas y huellas gigantes que se desvanecían en las sombras del bosque.

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La Maldición de la Soledad

A pesar de su poder y su hambre insaciable, Driáculo está condenado a una existencia solitaria. Las dos maldiciones que lo crearon lo convirtieron en un paria incluso entre los monstruos. Los hombres lobo lo consideran una aberración, mientras que los vampiros lo ven como una amenaza a su supremacía.

Esto solo alimenta su odio hacia toda forma de vida. En su mente distorsionada, Driáculo se ve como el depredador definitivo, destinado a dominar el mundo de las criaturas y los humanos. Sin embargo, en los momentos más oscuros, cuando el hambre se calma, Vladek recuerda fragmentos de su antigua vida, lo que lo llena de un dolor insoportable.

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La Profecía Final

Según un antiguo texto encontrado en las ruinas de Taiga, existe una forma de destruir a Driáculo: un arma forjada con luz lunar pura, combinada con una poción hecha de sangre de vampiro y saliva de hombre lobo. Sin embargo, la creación de este arma requiere la colaboración entre vampiros y hombres lobo, algo casi imposible debido a su enemistad ancestral.

Mientras tanto, Driáculo sigue acechando, esperando a que los valientes (o los necios) intenten enfrentarlo. En las noches más oscuras, su figura alada puede verse surcando el cielo, y su aullido-siseo resuena como una advertencia:

“La noche es mía, y tú serás mi festín.”

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