Morgana, dame fuerza.

806 127 241
                                    

Me extrañaron?... Me anime a subir mi foto de perfil, espero no salga un conocido sería algo incomodo jajaja..


---Harry---

Había pasado una semana y cada día que pasaba el humor de Draco empeoraba. El medimago había sido claro: "Al menos una semana de reposo", pero para Draco eso sonaba más como una recomendación vaga que como una orden médica inamovible. No lo culpaba, cualquiera en su lugar estaría desesperado, pero su irritabilidad se había convertido en una tormenta constante que nos mantenía a Tom y a mí en alerta, listos para evitar cualquier arrebato que pudiera poner en riesgo su recuperación.

—Se cumplió la maldita semana, ¿podrían dejar que salga de este maldito cuarto? —su voz vibraba con impaciencia y frustración.

Draco trató de levantarse, pero Tom se movió con rapidez, envolviéndolo entre sus brazos con un agarre cariñoso, impidiendo que pudiera ponerse de pie.

—El medimago dijo una semana al menos, mi alma. —Su tono era suave, casi suplicante, y acompañó sus palabras con pequeños besos en el cuello de Draco en un intento por calmarlo, pero aquello solo logró lo contrario. Draco se tensó de inmediato, su irritación elevándose a un nivel completamente nuevo.

—¡No! ¡Apártate, al carajo! —explotó, removiéndose con brusquedad para zafarse de los brazos de Tom—. ¡Solo me estás provocando y al final no harás nada!

Oh, no. Yo ya veía hacia dónde iba esto y no había manera de detenerlo.

—¡Quiero que me cojan!

Silencio absoluto.

—¡Pero ninguno de los dos quiere! ¡Al menos cójanse entre ustedes y déjenme ver!

Por el amor de Merlín.

Mi dulce dragón se zafó por completo de los brazos de Tom y se alejó de nosotros o lo que pudo al estar en la cama.

—¡No me dejan hacer nada! ¡No puedo hacer magia, no puedo coger, no me dejan ver y no me dejan ir a torturar a la maldita escoria!

Me acerqué de inmediato, tomándolo entre mis brazos y acurrucándolo contra mi pecho, sintiendo la tensión de su cuerpo incluso mientras lo sostenía.

—Mi dulce alma, no podemos. —Mi voz salió baja, casi un susurro contra su oído. Draco tembló ligeramente en mis brazos, pero no intentó alejarse.

Tom se acercó, su presencia cálida rodeándonos a ambos mientras su mirada seguía fija en Draco.

—Es por tu bien y por el de nuestro bebé. Harry y yo no lo hacemos para darte apoyo moral.

—¡Al diablo el apoyo moral! ¡No lo necesito! —su cuerpo se tensó de nuevo y trató de liberarse de mi agarre, pero esta vez lo sostuve con más fuerza.

—¡Necesito que se den como si no hubiera un mañana! —Su respiración agitada y su pecho subiendo y bajando con cada palabra. El nivel de desesperación en su voz casi me hizo reír de lo ridículo que sonaba, pero sabía que si lo hacía, moriría en el acto.

Inspiré profundo, acercándome a la curva de su cuello, sintiendo su piel estremecerse cuando mis labios apenas lo rozaron.

—Amor, tengo un trato para ti, ¿sí?

Draco se quedó inmóvil en mis brazos, su cuerpo relajándose solo un poco, captado su atención lo suficiente para distraerlo de su rabia.

—¿Sí?

Apreté mi agarre contra él y susurré cerca de su oído.

—Hoy podemos ir con nuestra tía y te puedes divertir a lo grande.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El Destino Fragmentado de DracoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora