Capitulo 29

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Ya no soportaba esto, había pasado casi una semana acerca de lo ocurrido, aunque sí soy sincera, me siento sola. Mis amigos se aun alejado un poco de mi, me siguen hablando pero ahora no como antes y la soledad se esta convirtiendo en mi compañera. Pero intento ver el lado bueno; la soledad no pone pica pica en mis bragas.

Bah...

No quiero que esto pase y no puedo perder a Carl, estoy molesta conmigo misma, molesta por lo que le dije, no quería decirlo, pero las palabras salieron de mi boca sin preguntar, sin permiso alguno.

Después de vestirme decidí a ir a buscarlo a la casa de su padre Rick.
No tengo idea de su reacción, la verdad es que esto es estúpido, si... Estúpido, yo fui la que le pedí que no fuéramos mas amigos pero la culpa me comía viva, no quería que dejáramos de ser amigos y mucho menos.
Erick ya no estaba ahí para mi como lo hacia antes... Ya no se preocupa por mi y ahora dudo que yo le importe un poco, aunque el sigue diciendo que soy lo mejor que le ha pasado, no se que pensar.

Me pare enfrente de la puerta para después soltar un suspiro ¿Que hago ahora? Si toco la puerta probablemente me rechazase y me diga que no puedo jugar con el y que se supone que yo lo había mandado a la mierda, pero por otro lado me perdone.

No lo se.

—Hola—Dijo un hombre ya mayor. Sus ojos eran como los de Carl, azules y puedo decir que es su padre, Rick.

—Hola, señor—Dije.

—¿Buscas a Carl?—Preguntó con una sonrisa—Nadie lo busca, pensé que no tenía amigos pero como es un chico raro y algo amargado... —Lo interrumpí con una carcajada sorpresiva—Sin contar que cuando tenía ocho años se hacia popo en la cama, se que normalmente los niños se hacen pipí pero el era...

—¿Papá, quien es?—Interrumpió Carl mientras aparecía por detrás de el, me miro y no pude evitar desviar la mirada cuando la tensión se apoderó de la escena—¿Nos puedes dejar a solas papa?—El hombre asintió para después desaparecer de la entrada de la casa, Carl salió de este cerrando la puerta detrás de el.

Camine detrás de el, con un silencio incomodo, obviamente estaba molesto pero yo no podía hacer nada al respecto, todo esto era mi culpa, no puedo decir que lo que dijo era mentira pero tampoco se si lo hizo con maldad.

—¿Que pasa?—Preguntó al llegar a una pequeña banca color negra que hacia afuera de su casa, me senté a su lado y baje la mirada, mierda ¿porque tuve que venir?

—Lo siento—Solté de golpe y no dijo nada, se quedo en silencio mirando hacia la nada, hacia la calle sin saber un punto exacto.

—¿Es todo?—Preguntó y no pude evitar sentir horrible cuando dijo eso, pero tenía razón de estar molesto.

—Carl... —Me miro—Escucha, se que no debí decirte eso, tu eres muy importante para mi, yo... —Mis ojos se cristalizaron y quise golpearme por ello—No quiero perderte—Le había tomado un gran cariño y no quería que saliera de mi vida—Perdóname—Sin pensarlo dos veces, me lance a sus brazos, este no imito el gesto, estaba sorprendido, pero después de unos segundos lo hizo, me abrazo fuerte y paso su mano por mi cabello. Después, nos quedamos así unos segundos & después me separe de el.

—Jamás volveré a decirte nada de eso, no quiero que te sientas incomoda o que pienses que yo qui... —No se porque le hice pero por alguna razón quería y lo bese, estampe mis labios contra los suyos en un acto de sorpresa y este siguió el beso, movía sus labios de la misma manera en la que yo lo hacia, y sin decir más, tomó mi cintura apegándome un poco más a él, antes de que ambos nos separásemos después de unos segundos de incomodidad cuando de pronto, el rubor subió a mis mejillas.

Entre Dos ChicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora