Capitulo 72

352 36 0
                                    

—Lamentó lo de aquella vez.

—Lo sé. Solo espero que pronto me lo expliques porque si no me voy a enojar más—Rodé los ojos—Los hombres... —Bufé antes de que el chico comenzase a andar en el carro.

—No todos los hombres somos iguales.

—Lo sé, cada uno tiene su forma especial de ser pendejo.

—Golpe bajo—Negó con la cabeza antes de volver a mirar a la carretera. Íbamos directo a la casa de Aarón y si era sincera, no tenía demasiadas ganas de ir, ya que me dolía un poco la cabeza y si no hubiese sido porque Carl insistió demasiado, no hubiera aceptado venir.

—¿Y entonces... Cómo va tu papá con su novio?—Pregunté.

—No quiero hablar de eso... Hablemos de otra cosa.

—De acuerdo... ¿Ya tienes el dinero que me debes?

—Ayer le llamo a las tres de la madrugada y le dijo que lo amaba.

—Oh.

(...)

Sophia me había dado un poco de lastima esta noche. La chica estaba demasiado ilusionada con el poder venir con Brayan a la fiesta de Aarón pero al parecer, el chico tenía que cuidar a su abuela.
Jamás le eh visto, pero por alguna extraña razón, Aarón dice que no es buena idea.

—Quiero bailar.—La vos de Carl hizo que mis ojos se girarán por instinto a la pelirroja que ya hacía a un lado de mi... Sola.

—Pero, ¿quién saca a mi amiga?

—No te preocupes... ¡seguridad!

Mire a mi desea antes de ver al hombre de azul venir hacia nosotros antes de mirar a Carl con el ceño fruncido.

—Sáquela.

—No... Yo me refería—Comencé a hablar pero el ruido de Sophia suplicando por no ser sacada de esa fiesta, hizo que la atención de muchos se posase sobre ella antes de verla marchar completamente.

Mire a Carl, el cual ya hacía demasiado satisfecho, pero me sentía culpable por lo que le había echo a Sophia.

—¿Ya podemos bailar?—Preguntó después de un rato.

—No, ahora no bailamos por pendejo—Negué con la cabeza antes de caminar un poco más dentro de la casa. Me dirigía al cuarto de baño antes de que un tipo se me atravesase por enfrente con una sonrisa tan pervertida, que hacía que quisiese gritar en cualquier momento.

—¿Tan linda y sin novio?

—¿Tan puto y sin sida?

—Su novio está aquí—De pronto, la vos de Carl inundó el silencio de el pequeño ambiente cuando todas las miradas se dirigieron a nosotros.

—¡Pelea! ¡Pelea!—Una voz muy en el fondo de todas las personas que ya hacían rodeando hizo que nos girásemos a ver quién era pero no pudimos distinguir a aquella persona.

—¿Qué quieres?—Volvió a hablar Carl enfrentándose de nuevo a el tipo alto.

—Muévete, tengo muchas cosas para hacerte a esta... —Y antes de que pudiese terminar la frase, el puño de Carl se estrelló tan fuerte contra la mandíbula del otro chico que pude notar el crujido que salió de esta.

—¡Pelea! ¡Dale duro!-Fruncí el ceño cuando la misma vos seguía insistiendo y para mi sorpresa, la persona que gritaba era... James.

—¡Cállate, pendejo!—Rodé los ojos antes de acercarme un poco más a Carl, quien miraba al chico que ya hacía en el piso, pero no dije nada. Se lo merecía.

—No quiero seguir aquí—Negó con la cabeza antes de mirarme y asentí sin interponerme a su decisión. Sabía que estaba molesto y no le iba a llevar la contra.

(...)

—¡Cómo!—La vos de mama hizo que abriese los ojos de golpe antes de darme cuenta de que me encontraba en mi habitación y la idea de que estuviese discutiendo con el cartero de nuevo me enfermaba.

Sin poder recuperar el sueño, decidí levantarme de la cama para ir a revisar y la sorpresa que me lleve fue a James delante de ella con el rostro agachado y fruncí el ceño sin entender de lo que se trataba.

—¡¿Porque te tatuaste?!—La vos de mama salió en un grito tan fuerte que temí que los vecinos pudiesen haberla escuchado pero la sorpresa que me había ocasionado con esas palabras era más grande que el temor.

—¡Ay, mamá! ¡Tú tienes tatuajes en las piernas y nadie te dice nada!

—¡Son varices, pendejo!

—¡¿Te tatuaste?!—Mi vos sonó más sorprendida de lo que me hubiese gustado.

—¡Me tatué el nombre de Austin porque lo amo!

—Estabas borracho, ¿Verdad?

—Si...

—¡Pendejo!—Abrí los ojos como platos cuando la palma de mama se estrelló contra la mejilla de James tan fuerte que temí que uno de sus dientes le faltase después.

Negué con la cabeza antes de caminar directo a mi habitación y tomar mi celular entre mis manos, dándome cuenta de que tenía una llamada perdida de Carl en este y también un mensaje así que opte por leerlo.

"Jane, tenemos que hablar."

Esas 4 palabras habían echo que mis ojos se abrieran como platos debido al echo de que, por lo que se... Todas las parejas terminan después de esas palabras.

"Te veo al rato." Respondí.

Entre Dos ChicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora