Capitulo 65

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-De acuerdo.-Me rendí cuando me encogí en hombros, percatándome de su sonrisa. No pude evitarlo y sonreí junto a él, era imposible no hacerlo.

-Okay, ¿qué te parece si me preparas un café?.-Sonrío.

-Soy pésima para eso, la verdad es que siempre termino destruyendo las cafeteras o probablemente hechando le más de lo que quiero.

-Oh, bebe.-Se acercó a mí de nuevo intentando consolarme.-No te sientas mal, miles de personas nacen sin talento.

Rodé los ojos intentando que sus palabras no doliesen porque el muy idiota ni siquiera sabía que aveces podía arruinar los momentos "hermosos" que teníamos aunque puedo asegurar de que tenemos más momentos sarcásticos. No lo culpo, me lo ha pegado.

-Iré al baño, no tardó.-Dijo colocando las manos en su estómago y saliendo corriendo de la cocina.

Ignoré el hecho de lo que fuera que fuera a hacer ahí. No tenía ni idea de porque demonios estaba pensando en la mierda de Carl cuando necesitaba preparar un café. Tome la cafetera entre mis manos con cuidado de que no se cayera y comencé a leer las instrucciones.

"Colocar 3 cucharadas de cafeína" Eso debería ser fácil. Comencé a buscar la cafeína y cuando al encontré la vacíe en el café, no conté las cucharadas, si quiera use una cuchara pero supongo que eso no importa.

"Colocar el agua y azúcar hasta cierta medida" Rodé los ojos debido a lo fácil que estaba siendo todo esto, así que simplemente tome el azúcar y vacíe un poco de esta en la cafetera, supongo que a Carl no le gusta mucho la azúcar aunque lo dudo pero por si las moscas, simplemente decidí echarle un poco de esta. Cuando vacíe el agua simplemente espere a que pasaran los minutos indicados.

-¡Jane!.-Corrí rápidamente hacia el baño cuando escuche la voz de Carl llamarme desde aquel lugar, no quería imaginarme que se hubiera caído o atorado en la taza como suele hacerlo James a menudo.

-¿Está todo bien?.-Pregunté algo alterada tocando la puerta con mis nudillos.

-¡Si, claro, eh...!.-Comenzó a hablar pero después se detuvo.-Es que... El papel higiénico se acabo, ¿te molestaría ir a pedirle al vecino un poco?.

-¿Al menos hablas con él vecino?.-No me gustaba la idea de ir a hablar con gente desconocida y mucho menos para pedirles papel higiénico.

-¿Saludar con la mirada cuenta?.-Rodé los ojos.

-Ni loca, prefiero ir al supermercado.-Reí.

-No. Llegaremos tarde, anda con los vecinos.-Suspiré disgustada con su decisión.-Es más, ve con la vecina de enfrente.

-Espera, ¿qué esa no es la vecina que tiene la niña obesa?.

-Si... Jane.-Rodé los ojos.-Solo ve, anda, es la única que está en el apartamento estos días por la mañana, los demás suelen irse a trabajar o yo qué sé, pero vamos.

-De acuerdo.-Suspiré rendida.

Comencé a caminar hacia la puerta del apartamento aún dudando mentalmente si debía o no ir. No había elección, Carl estaba con el culo a dolorido en el baño y no podía dejarlo así. Al menos que me fuera... Pero estaba segura de que se molestaría conmigo.

Con mis nudillos comencé a tocar la puerta, no sabía si quería realmente ver a esa mujer pero necesitaba el papel higiénico.

-Miren quién está aquí.-Río entre dientes al verme.

-Buenos días.-Intente sonar lo más educada posible.

-¿Qué quieres?.-Estaba claro que la tipa no quería hablar conmigo.

Entre Dos ChicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora