Capítulo segundo:
La invitación
Cuando Harry llegó a la cocina, allí ya estaban los tres Dursley y Sarah sentados a la mesa. Su hermana miraba con cierto desagrado el pomelo que le había servido su tía. Tío Vernon y tía Petunia habían recibido... quejas sobre el tamaño de la panza de su querido y gordo hijo. Ahora tenía que seguir un régimen porque no había tallas de pantalones del colegio de Dudley más grandes. Literalmente ya no le cabían, y la enfermera lo estaba incitando a adelgazar. Bueno, pues su primo estaba muy molesto por no poder comer todo y cuanto quisiera, así que su madre tuvo la gran idea de que todos los miembros de la casa siguiesen la dieta de Dudley, para subirle la moral. Lo que tía Petunia no sabía, era que ni Sarah ni Harry estaban siguiendo el régimen de Dudley. Cuando se enteraron de que tendrían que vivir durante todo el verano a base de verduras, escribieron a sus amigos pidiendo socorro. Tenían entonces escondidos un montón de cosas de picar y pasteles en una tabla suelta de su cuarto.
Harry se sentó junto a su hermana y esperó a que le sirviesen el pomelo. No solían hablar en la mesa, pues eso molestaba enormemente a tío Vernon, que decía que lo desconcentraban en su lectura del periódico.
Luego de quejarse brevemente por su ración de desayuno, tío Vernon fue a abrir la puerta, alguien había tocado el timbre. Vieron como Dudley le robaba en un arrebato el trozo restante de pomelo a su padre, y lo zampaba descaradamente.
─¿Has terminado la carta? ─preguntó Sarah a Harry aprovechando que su tío no estaba en la cocina.
Harry iba a contestarle que, en efecto, la había finalizado, pero la furia inesperada de su tío lo interrumpió.
─Vosotros ─les gritó señalándolos con un dedo─. Venid a la sala, ahora mismo.
Los muchachos se levantaron, desconcertados, y salieron de la cocina, cerrando la puerta a su paso.
─Vaya. Vaya ─dijo yendo hasta la chimenea.
Sarah no se imaginaba la razón de su repentino cambio de humor, y estuvo a punto de preguntarlo, pero la explicación vendría en breve, así que decidió esperar y adoptar una expresión de cortés desconcierto.
─Acaba de llegar esto ─dijo tío Vernon, blandiendo un trozo de papel color púrpura─. Una carta. Sobre vosotros.
Los chicos se sorprendieron. ¿Quién escribiría a tío Vernon sobre ellos? ¿Conocían a alguien que enviara cartas por correo?
Tío Vernon los miró furioso, y bajó el papel para empezar a leer:
Estimados señor y señora Dursley:
No nos conocemos personalmente, pero estoy segura de que sus sobrinos les habrán hablado mucho de mi hijo Ron.
Como Harry y Sarah les habrán dicho, la final de los Mundiales de quidditch tendrá lugar el próximo lunes por la noche, y Arthur, mi marido, acaba de conseguir entradas de primera clase gracias a sus conocidos en el Departamento de Deportes y Juegos Mágicos.
Espero que nos permitan llevar a los mellizos al partido, ya que es una oportunidad única en la vida. Hace treinta años que Gran Bretaña no es la anfitriona de la Copa y es extraordinariamente difícil conseguir una entrada. Nos encantaría que Sarah y Harry pudieran quedarse con nosotros lo que queda de vacaciones de verano y acompañarlos al tren que los llevará de nuevo al colegio.
Sería preferible que los chicos nos enviaran la respuesta de ustedes por el medio habitual, ya que el cartero muggle nunca nos ha entregado una carta y me temo que ni siquiera sabe dónde vivimos.
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SARAH'S HISTORY - DRACO MALFOY / SH#1
FanfictionSarah tiene que compaginar el amor que siente su hermano por ella con el odio que el chico al que ama irradia hacia su sangre, mientras las fuerzas oscuras intentan destruirla. El apellido de Sarah resulta una carga muy pesada para ella, sobre todo...