Sarah tiene que compaginar el amor que siente su hermano por ella con el odio que el chico al que ama irradia hacia su sangre, mientras las fuerzas oscuras intentan destruirla.
El apellido de Sarah resulta una carga muy pesada para ella, sobre todo...
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Capítulo 14:
La casa enemiga
Sin saber exactamente cómo, Sarah había acabado bebiendo cervezas de mantequilla con un grupo de personas con el que nunca se habría imaginado que estaría voluntariamente. Evitaba a toda costa la mirada de Theodore Nott e intentaba ser maja con Pansy Parkinson, quien parecía estar haciendo lo mismo que Sarah. Le era más fácil hablar con Blaise Zabini que con Crabbe y Goyle, que no parecían ser capaces de juntar tres palabras entre los dos.
Había accedido a ir a aquella "fiesta" solo porque Draco iba a participar en el ejército de Dumbledore, para compensarle. Al principio no le hacía gracia la idea de acudir en mitad de la noche al aula de Pociones con todas aquellas personas, en especial porque Nott también estaría, pero se había dado cuenta de que algunos de los amigos de Draco como Blaise y Pansy, para sorpresa de Sarah, estaban poniendo de su parte por integrar a Sarah. Estaban todos sentados en el suelo.
Mientras, Draco parecía estar disfrutando de lo lindo de la situación. Miraba sonriente como Sarah se reía de la historia que Blaise estaba contando, sin prestar realmente atención al relato de su amigo.
—Y cuando Nott le pidió que fuera al baile de Navidad con él... —siguió contando Zabini, entre risas y la mirada fulminante de Theodore— ¡le dijo que estaba esperando a que Harry Potter se lo pidiera!
Pansy se rió tan fuertemente que derramó un poco de su cerveza sobre los pantalones de Nott, que no pudo más.
—¡Oh, cállate ya Zabini! —le gritó molesto, y le lanzó su sudadera hecha una bola.
—¿Quién era la chica? —quiso saber Sarah, conteniendo sus ganas de reírse de Nott.
—Nadie —se apresuró a decir Nott, antes de que Blaise contestara por él.
Sarah notó como Draco le apretaba la mano cariñosamente. El chico se sentía muy complacido de que su novia pasara un buen rato con sus mejores amigos, a quienes había pedido que se comportaran delante de ella y que no la hicieran sentir mal, como solían hacer en clase o durante el día.
—Anda Sarah, recuérdanos cómo os conocisteis —le pidió Blaise. Sarah se ruborizó ligeramente. Aunque ninguno de los Slytherin presentes había sido desagradable con ella aquella noche, le intimidaba tener que hablar delante de todos—. Draco nunca nos lo ha llegado a contar.
Draco se movió nerviosamente. Sarah se sacó un cigarro de la cajetilla de su bolsillo antes de contestar.
—Pues fui con mi hermano al Callejón Diagon a hacer nuestra primera compra antes de venir al castillo —hizo una pausa para encenderse el cigarrillo—. Entramos en Madam Malkin y allí estaba Draco. Fuiste muy majo con mi hermano y conmigo, por cierto —se giró hacia Draco—. Podía haber sido el comienzo de una bonita amistad entre Harry y tú.
