iii. 14 desazón

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Maratón 3/7

Capítulo 14: Desazón

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Capítulo 14: Desazón
























Harry despertó acostado en una cama cálida y confortable. Lo primero que vio fue una lámpara que arrojaba un círculo de luz dorada sobre el techo en penumbra. Levantó con dificultad la cabeza. A su izquierda había un muchacho pelirrojo y pecoso que le sonaba de algo. A su derecha estaba su hermana sentada muy rígida en una silla.

—Te agradezco que hayas venido a verme —le sonrió Ron. 

Harry parpadeó y miró alrededor. ¡Claro, estaba en la enfermería! Miró por la ventana y vio un cielo añil con pinceladas de tonos carmesíes. El partido debía de haber terminado hacía horas. Notó un peso extraño en la cabeza; levantó una mano y se tocó un rígido turbante de vendajes. 

—¿Qué ha ocurrido? 

—Fractura de cráneo —le informó la señora Pomfrey, que se acercó solícita y le hizo apoyar la cabeza en la almohada—. No tienes de qué preocuparte, te lo arreglé enseguida, pero esta noche te quedarás aquí. No conviene que hagas esfuerzos excesivos, al menos durante unas horas. 

—No quiero pasar la noche aquí —protestó Harry. Se incorporó y retiró las mantas—. Quiero ir en busca de McLaggen y matarlo.

Pero la señora Pomfrey le dio una negativa rotunda y se encerró en su despacho. 

—¿Por cuánto hemos perdido, Sarah? —le preguntó Harry. 

—No lo sé —se encogió de hombros—. No he visto el partido.

—¿Por qué no has ido? —preguntó entonces el azabache, a quien le hubiera gustado que su hermana lo hubiera apoyado desde las gradas.

—No sé, no me apetecía.

Harry la observó con fijeza. Tenía una expresión muy extraña, nunca antes se la había visto, y no apartaba sus ojos color avellana, enrojecidos, de la cabeza vendada de su hermano. 

  —Yo escuché los comentarios del partido desde aquí —informó Ron, aparentemente contento—. El resultado final fue trescientos veinte a sesenta. 

—Genial —resopló Harry—. ¡Sencillamente genial! Cuando agarre a ese McLaggen... 

—¿Cómo quieres agarrarlo? ¡Si es más grande que un trol! —le recordó Ron, no sin razón.

Según le había contado Ginny a Sarah, por una razón que solo McLaggen conocía, en medio del partido agarró el bate de uno de los golpeadores, e intentando hacerle una demostración de cómo golpear correctamente una bludger, le había golpeado violentamente a Harry en la cabeza. Pero aunque Sarah quería asesinar a dos personas, a Romilda Vane y a Cormac McLaggen, para lo único que se veía con fuerzas era para irse a su dormitorio y no levantarse de la cama nunca más. 

SARAH'S HISTORY - DRACO MALFOY / SH#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora