i. 7. la marca tenebrosa

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Capítulo séptimo:

La Marca Tenebrosa



Sarah le prometió al señor Weasley volver a la tienda en una hora, y en cuanto este le dio permiso, salió disparada de la tribuna junto a Draco. Bajaron despacio, con cuidado de no ser empujados por la multitud, por la escalera alfombrada púrpura, justo después de los señores Malfoy. No se habían visto en todas las vacaciones y ambos estaban deseosos de contarse toda clase de cosas.

Draco —se hizo oír Narcisa, sin dejar de bajar por las escaleras, por encima de la gran cantidad de gente que los rodeaba—. ¿A dónde pretendes ir?

A Sarah se le cortó la respiración. Sabía que Lucius Malfoy la odiaba por haber liberado a Dobby, además de por apellidarse Potter, pero no sabía qué era lo que pensaba la madre de Draco sobre ella. Lo más probable sería que también la odiase, en ese caso no iba a dejar que su hijo se fuera con ella.

A dar una vuelta con Sarah, madre. ¿Puedo? —el tono de Draco mostraba profundo respeto hacia su madre, y Sarah notó el cambio de voz que tenía comparado a cuando hablaba con su padre. Con él parecía estar tenso todo el rato, y mostraba un deje de aversión al referirse a Lucius.

Narcisa se detuvo y se giró hacia los dos muchachos. Miró a Sarah y esta se paró en seco, obstruyendo el paso. Le dedicó una media sonrisa, muerta de vergüenza por lo que la mirada de la señora Malfoy acusaba. Finalmente, respondió:

Está bien. ¿Por qué no vais por el bosque? —clavó sus ojos ahora en los de su hijo—. Hay menos gente y es muy bonito a estas horas.

Narcisa entonces puso una de sus hermosas y delicadas manos en el hombro de Draco, y lo apretó. No fue un apretón doloroso, ni nada por el estilo, pero sin duda había algo escondido detrás de ese gesto maternal que Sarah no logró descifrar hasta unas horas después.

Los padres de Draco se despidieron de ellos y se dirigieron a las tiendas, mientras que ellos dos seguían por el camino contrario, hacia el bosque. Aquello era algo que Sarah no entendía. ¿Qué más le daba a la madre de Draco a dónde fueran? Además, estaba completamente oscuro y no verían nada, aunque fuera bonito no podrían apreciar demasiado su belleza.

¿Por qué tu madre quería que fuéramos al bos...? —empezó a preguntar Sarah cuando pasaron por al lado de los primeros árboles.

No me lo preguntes porque no lo sé —la interrumpió Draco, haciendo un movimiento de negación con la cabeza.

Sarah dejó ese tema atrás, suponiendo la respuesta pero sin decir nada, y siguió andando.

La verdad era que la señora Malfoy tenía algo de razón. El bosque de noche sí que era bonito. No se veía gran cosa, pero las luciérnagas le daban al ambiente un toque precioso, que hizo que Sarah se quedara ensimismada con aquella imagen, y la luna era enorme y parecía relucir más de lo normal.

¿Te estás quedando con los Weasley? —le preguntó Draco.

Sí —contestó Sarah—. Me han invitado al mundial y a pasar con ellos lo que queda de verano.

Podrías venir a mi casa —dijo de pronto el rubio. Incluso a oscuras Sarah pudo notar cómo se ruborizaba—. Digo, si quieres. A pasar unos días durante el verano. Nunca te había invitado y creo que cualquier lugar es mejor que la casa de tus tíos.

Sarah rió y pateó una pequeña piedra del suelo.

Gracias, lo aprecio. Pero no creo que a mi hermano le hiciese gracia —Draco abrió la boca para contestar pero Sarah no lo dejó—. Me refiero a que no le haría gracia que lo dejara solo, porque por supuesto que no invitarías a mi hermano, ¿me equivoco?

SARAH'S HISTORY - DRACO MALFOY / SH#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora