iii. 16. theo

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Maratón 5/7


Capítulo 16: Theo























La obsesión de Harry por descubrir qué hacía Malfoy había tomado otra dirección. Sarah descubrió que su hermano se la pasaba siguiendo a su exnovio con ayuda del Mapa del Merodeador, y también que Draco solía esconderse durante horas en la Sala de los Menesteres. 

Conforme Harry especulaba sobre lo que podría estar haciendo Malfoy ahí dentro y cómo pillarlo con las manos en la masa, Sarah estaba más esperanzada. Si su hermano tenía razón sobre que Draco era un mortífago, eso quizá explicaría que la hubiera dejado. Pero Sarah en realidad no creía en esa posibilidad, pues Draco no daba señales de que le siguiera gustando. Había dejado hasta de saludarla por los pasillos si se la cruzaba, nunca la miraba, y no había habido ni un solo acercamiento entre ellos dos, por lo que el corazón de Sarah se hundía reflexionando y llegando a la conclusión de que nunca querría volver con ella. 

—Te lo digo por última vez: olvídate de Malfoy —insistió Hermione a Harry con severidad. 

Los cuatro amigos estaban sentados en un rincón soleado del patio, después de comer. Hermione y Ron leían juntos un folleto del Ministerio de Magia: Errores comunes de Aparición y cómo evitarlos, porque esa misma tarde iban a examinarse, pero en general los folletos no conseguían calmarles los nervios. Harry y Sarah no podrían examinarse hasta el curso siguiente, cuando ya tendrían diecisiete. 

Sarah se acordó, y el pánico la invadió de golpe, de que Draco tampoco se examinaría hasta el curso siguiente, lo cual significaba que en clase serían muy pocos y que él estaría presente. 

Ron dio un respingo e intentó ocultarse detrás de Hermione al ver que se acercaba una chica. 

—No es Lavender —dijo Hermione con fastidio. 

—¡Uf, menos mal! —resopló él, y se relajó. 

—¿Los hermanos Potter? —preguntó la chica—. Me han pedido que os entregue esto. 

—Gracias... 

Harry se puso nervioso al coger el pequeño rollo de pergamino. En cuanto la muchacha se hubo alejado, susurró: 

—¡Dumbledore nos advirtió que no habría más clases particulares hasta que hubiéramos conseguido el recuerdo! 

—A lo mejor sólo quiere saber si habéis hecho progresos —observó Hermione mientras él desenrollaba el pergamino. 

Pero en lugar de encontrar la pulcra y estilizada caligrafía de Dumbledore, vio una letra de trazos grandes y desgarbados, muy difícil de descifrar debido a las manchas de tinta que emborronaban el pergamino. Sarah leyó por encima del hombro de su hermano:

Queridos Harry, Ron y Hermione:

Aragog murió anoche. Harry, Sarah y Ron, vosotros lo conocisteis y sabéis que era extraordinario. Hermione, sé que te habría caído bien. Me gustaría mucho que esta noche asistieseis al entierro. He pensado oficiarlo hacia el anochecer porque ésa era su hora preferida del día. Como sé que no os dejan salir del castillo a esas horas, tendréis que utilizar la capa. No debería pedíroslo, pero no tengo ánimos para hacerlo solo. Hagrid

—¡Sí, claro! —ironizó Sarah— Voy a ir yo al entierro de una araña gigante. 

—Mirad esto —dijo Harry, y le pasó la nota a Hermione. 

—Qué barbaridad —comentó ella tras leerla rápidamente; se la tendió a Ron, quien la leyó con cara de incredulidad. 

—¡Está como una cabra! —exclamó—. ¡Ese bicho animó a sus congéneres a devorarnos a Sarah, Harry y a mí! ¡Les dio permiso para que se nos zamparan! ¡Y ahora Hagrid pretende que bajemos allí esta noche para llorar sobre su repugnante y peludo cadáver! 

SARAH'S HISTORY - DRACO MALFOY / SH#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora