ii. 21. draco

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Capítulo 21: Draco

Desde que Sarah se había enterado de las horribles cosas que había dicho Draco sobre su familia en el terreno de juego, se sentía rara. Era como si Draco fuera una persona distinta; el chico que ella conocía jamás diría esa clase de cosas, y menos sobre su propia madre.

La manera en que se había enterado había sido cuanto menos peculiar. El domingo por la mañana estuvo con Draco desayunando en la mesa de Slytherin y luego pasaron el resto de la mañana juntos, jugando en la nieve con los demás. En algún momento Fred debió de encontrárselos, porque antes de comer, cuando Sarah subió a la sala común para dejar sus cosas, Fred la agarró del brazo y se la llevó a un rincón. Parecía molesto. Le repitió los insultos de Malfoy hacia sus madres, todo lo que él había dicho, y cuando terminó solo dijo:

—Espero que abras los ojos, Sarah. Es una serpiente en todos los sentidos.

Sarah no dijo nada, estaba demasiado pensativa por lo que el pelirrojo le acababa de decir. ¿De verdad Draco había dicho esas cosas? ¿De verdad lo pensaba? No habló con nadie en varias horas, ni con Ron ni Harry, que se habían quedado en la sala común avanzando deberes, ni tampoco con Hermione cuando esta volvió de la cabaña de Hagrid, a quien seguía intentando convencer.

Por la tarde fue a buscar a Draco. Horas antes había estado con él pero no había tenido el valor para pedirle que dejara el Ejército de Dumbledore, pero ahora, sabiendo lo que sabía, debía hacerlo.

Además, que Draco siguiese yendo a las clases de Defensa clandestinas podía resultar en una masacre. Ahí había demasiada gente que lo odiaba y que no tendría ningún problema en hechizarlo después de lo ocurrido el día del partido. No, no, no, se dijo Sarah. Simplemente no podía seguir yendo.

Lo encontró en el Gran Comedor, haciendo deberes con sus compañeros de Slytherin. Se sentó a su lado sin decir nada y Draco la saludó con un beso. Como notó a Sarah rara, le preguntó:

—¿Estás bien?

—¿Podemos hablar? —dijo en voz baja.

Draco se puso tenso, pero asintió y se levantó para que salieran fuera.

—¿Problemas en el paraíso? —oyeron a Theodore Nott decir conforme ellos se alejaban de la mesa de Slytherin.

Sarah sintió mucha rabia, y el calor le subió. Se giró para mandarlo a la mierda pero Draco la cogió del brazo y le dijo que solo lo ignorara. Nott era tan raro, algunas veces era agradable con Sarah, otras veces despreciable.

—¿Qué pasa? —quiso saber Draco cuando salieron del Gran Comedor y se apoyaron en la pared que hacía esquina al final del pasillo.

Sarah se rascó la cabeza, nerviosa.

—Draco, lo he estado pensando y creo que es mejor que no vayas a las clases del ED.

Draco parpadeó.

—Ya. No sabía cómo decírtelo —contestó el chico—, pero yo también había pensado que no es muy buena idea. Más que por mi integridad física —bromeó haciendo alusión a la paliza que había recibido el día anterior; tenía la mandíbula amoratada, al igual que el ojo, y el labio inferior partido—, por ti. No me gusta que veas esas cosas.

—¿Es por eso que cuando estoy yo delante no sueltas comentarios sobre mi madre? —soltó Sarah, sin pensárselo.

Draco retrocedió. Aquello no se lo esperaba.

—¿Qué?

—¿De verdad piensas todo lo que dijiste? Que si la casa de mi madre olía mal, que si al vivir con los muggles estábamos acostumbrados a...

SARAH'S HISTORY - DRACO MALFOY / SH#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora