i. 10. el profesor moody

8.8K 760 105
                                    

Capítulo 10: el profesor Moody

A la mañana siguiente, Sarah se levantó después que sus compañeras de cuarto, pero se encontraba muy despierta y con ganas de moverse. Se lavó la cara y los dientes, se vistió con el uniforme del colegio: una camisa blanca con un polo gris por encima, una falda gris también, aunque algo más clara, unos calcetines del mismo color, y unas bailarinas negras. Se ató la corbata roja que indicaba a qué casa pertenecía, y la capa con motivos de Gryffindor (el escudo de los leones estampado). Cogió un perfume que Lavender se había dejado encima del lavabo y se lo puso sin su permiso.

Espero que no se dé cuenta.

Bajó las escaleras hacia la sala común a trompicones y se encontró con Fred y con George, que cuando la vieron la esperaron para salir los tres juntos por el retrato.

Una vez estuvo en el Gran Comedor, y sentada junto a Ron, Harry y Hermione, empezó a desayunar mientras todos examinaban sus horarios. A primera hora de ese día tendrían Herbología con los de Hufflepuff y luego Cuidado de las Criaturas Mágicas con los de Slytherin.

Fue cuando estaban a punto de acabar la hora de Herbología y de irse a la cabaña de Hagrid cuando empezó a ponerse nerviosa por tener que ver a Draco.

Normalmente aquella pelea no le habría importado demasiado, por no decir nada, pero esa vez era diferente. O por lo menos ella lo sentía así. Simplemente no le gustaba distanciarse de él. Habían superado cosas como las constantes peleas entre él y Harry, y hasta los rumores que Sarah empezó a creer acerca de que Draco era el heredero de Slytherin y quien había abierto la cámara de los secretos, toda una tontería, pero en su momento se llevó una gran decepción.

Caminaron con lentitud junto a sus compañeros de Gryffindor hasta encontrarse con Hagrid, que estaba de pie al lado de unas enormes cajas de madera, y esperaron a los de Slytherin.

Hagrid empezó a explicar el nuevo proyecto en el que se centrarían durante ese curso. La meta era criar a los escregutos, que eran las criaturas que se encontraban dentro de las cajas de Hagrid. Eran muy pequeñas, y había por lo menos cien de ellas. Pero eran bastante feas. Tenían una cola que medía lo mismo que su cuerpo, eran viscosas y daba la impresión de que su cuerpo debía de ser cubierto por un caparazón. Además, olían a pescado podrido.

En cuanto llegaron los de Slytherin, Hagrid les ordenó que se pusieran a probar qué les gustaba comer: ese era el objetivo de la clase. Sarah cogió de mala gana un puñado de hígado despachurrado de rana y metió la mano dentro de una de las cajas en las que nadie trabajaba todavía. Miró con asco cómo los escregutos se acercaban a su mano y olfateaban aquello. De pronto, una mano llena de huevos de hormiga se metió también en la caja. Sarah levantó la vista y vio a Malfoy haciendo una mueca y mirando a los escregutos.

—¿Te molesta si me pongo contigo?

Sarah lo miró a los ojos perpleja durante unos instantes, pero luego bajó la vista y se encogió de hombros. Sacó otra vez la mano y cogió otro puñado de hígado que había en un bol al lado de ella.

Estuvieron en silencio durante un rato, hasta que inesperadamente la cola de un escreguto explotó. Sarah gritó de dolor y del susto se echó hacia atrás llevándose la mano al pecho.

— ¿También te ha explotado? —dijo Hagrid caminando nervioso hacia Sarah.

—Pero, ¿esto es normal? —preguntó ella exaltada. Miró su mano, la tenía roja e hinchada.

—No te preocupes, ponte esto —Hagrid le tendió una gasa limpia y un ungüento amarillo en un recipiente pequeño. Parecía que se lo había preparado a alguien más y ya lo tenía listo por si a otro alumno le explotaba una cola en las manos.

SARAH'S HISTORY - DRACO MALFOY / SH#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora