ii. 5. prefectos inesperados

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Capítulo 5:

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Capítulo 5:

Prefectos inesperados















































Sarah había supuesto que Harry no la despertaría a la mañana siguiente, así que sacó su despertador muggle del baúl y lo programó para que la despertase a las cinco y media. Por suerte Ginny y Hermione no se desvelaron demasiado, y cuando Sarah cruzó la habitación a oscuras y aún en pijama, ellas seguían profundamente dormidas. No se vistió pues muy probablemente al Harry marcharse ella volvería a la habitación a dormir un rato más. Bajó a la cocina, de donde provenía una tenue luz y se oían murmullos.

Abrió y vio al señor y a la señora Weasley, Sirius, Lupin y Tonks sentados a la mesa, alrededor de un soñoliento Harry.

—Gracias por despertarme —dijo Sarah en voz baja y cruzando de puntillas la cocina, dirigiéndose al asiento vacío al lado de Harry. Al llegar a su lado le dio un beso en la mejilla y se sentó.

—No quería molestarte.

Sarah rodó los ojos mientras la señora Weasley le servía el desayuno.

—Oh, no, desayunaré más tarde, con los demás —dijo antes de que las gachas cayeran de la cuchara al plato que la mujer acababa de dejar delante de ella, y bostezó justo después—. Volveré a la cama en cuanto Harry se vaya.

—¿Cómo te sientes? —Le preguntó a Harry el señor Weasley. El muchacho se encogió de hombros—. Pronto habrá terminado todo —le aseguró con optimismo—. Dentro de unas horas estarás absuelto. —Harry no dijo nada. Sarah asintió con la cabeza—. La vista se celebrará en mi planta, en el despacho de Amelia Bones. Es la jefa del Departamento de Seguridad Mágica, y la encargada de interrogarte.

—Amelia Bones es buena persona, Harry —afirmó Tonks con seriedad—. Es justa y te escuchará.

Harry asintió con la cabeza; seguía sin ocurrírsele nada que decir.

—No pierdas la calma —intervino Sirius—. Sé educado y cíñete a los hechos.

Harry volvió a asentir.

—La ley está de nuestra parte —comentó Lupin con voz queda—. Hasta los magos menores de edad están autorizados a utilizar la magia en situaciones de peligro para su vida.

Sarah tuvo el presentimiento de que algunos magos no creerían que Harry se encontrara en peligro cuando conjuró el hechizo. Gracias a Rita Skeeter, medio mundo mágico creía que Harry era un enfermo mental que solo quería llamar la atención.

La señora Weasley comenzó a aplastar el pelo de Harry por la coronilla con un peine mojado, y los mellizos se miraron con complicidad: era imposible hacer lo que la señora Weasley intentaba. El pelo de Harry volvía hacia arriba una y otra vez, estresando a la señora Weasley.

SARAH'S HISTORY - DRACO MALFOY / SH#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora