ii. 9. el nuevo guardián

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Capítulo 9:

El nuevo guardián




































—Toma —Sarah le tendió a Harry un plato de pastel de hígado y riñones.

Se lo había llevado a la sala común ya que sabía que por culpa del castigo de Umbridge Harry no había podido terminar los deberes de ese día, y se había saltado ya el desayuno y la hora de la comida. 

Harry le agradeció mucho la consideración. 

—Pero no sé si voy a tener tiempo de comérmelo —terció Harry—. Todavía tengo que terminar el maldito bowtruckle, y adelantar los deberes de McGonagall y Sinistra. 

Sarah sabía que su hermano iba mal de tiempo por culpa del castigo así que, apiadándose de él, le dijo:

—Trae, yo terminaré el dibujo para Grubbly-Plank, tú adelanta los demás deberes —Harry se resistió—. De verdad, que no tengo nada que hacer hasta la siguiente clase. 

A la hora de la cena, Angelina estalló contra Harry por no haber podido hacer que Umbridge le levantara el castigo del viernes. Ese día se celebraban las pruebas para elegir al nuevo guardián del equipo de quidditch de Gryffindor y la nueva capitana, Angelina, quería que todos los miembros del equipo estuvieran presentes. 

—¡Estoy castigado! —le gritó Harry mientras ella se alejaba muy indignada—. ¿Acaso crees que prefiero estar encerrado en una habitación con ese sapo viejo a jugar al quidditch?

—Harry, olvídalo —le pidió Sarah—, está muy estresada.

—Como si yo no tuviese problemas —farfulló el azabache. 

—Pónte en su lugar por un momento —siguió Sarah—, es una persona normal, a la que no odia la mitad del colegio, acaba de empezar séptimo curso, y comienza a capitanear al equipo de su vida. Está estresada. 

Harry pensó que su hermana era incapaz de criticar a nadie, así que lo dejó. 

—Por lo menos solo tienes que copiar —intentó consolar Hermione a Harry sobre el castigo. 

—No es un castigo tan malo —coincidió Sarah. 

Harry pareció querer decir algo, pero acabó asintiendo simplemente. 

—No puedo creer la cantidad de deberes que tenemos —comentó Ron con abatimiento. 

—¿Y por qué no los hiciste anoche? —le preguntó Hermione—. ¿Dónde estabas, por cierto? 

—Estaba... Me apetecía dar un paseo —contestó Ron con evasivas. 

Sarah tuvo la sensación de que Ron les ocultaba algo, pero como no parecía cómodo hablando de ello, no le insistió en nada. 

Como Sarah no tenía mucha hambre, solo cenó un poco de sopa. A parte, quería aprovechar todo el tiempo posible con Draco antes del toque de queda. 

Los dos jóvenes decidieron adelantar deberes, ya que como a Harry, estos se les empezaban a acumular, pero como les apetecía poder conversar, se fueron a las orillas del Lago Negro y se tumbaron sobre el césped, abrieron sus cuadernos, sacaron pluma y tinta, y comenzar a redactar la manera adecuada de cuidar a un bowtruckle

—Es una pena, la verdad —lamentó Sarah distraídamente—, Seamus siempre me había caído muy bien. 

—Es un idiota —puntualizó Draco de malhumor haciendo reír a Sarah. 

SARAH'S HISTORY - DRACO MALFOY / SH#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora