4.
—Papá, ¿Dónde está mi mamá?.—Aquella pequeña de cuatro años me miro con curiosidad mientras alzaba sus bracitos para que la tomara en brazos.
—Meredirh, tú sabes que...
—Quiero a mi mamá, papi.—Los pequeños y claros ojitos de mi hija se llenaron de lágrimas amenazando con romper en llanto.
—Iremos a verla esta tarde, lo prometo.
—La extraño mucho.
—Yo también, mi cielo.—Besé su cabecita y ella se recargo en mi hombro.—Te ayudare a vestirte y después me acompañarás al partido de hockey de tu hermano.
—Si papi.
.
—¡Arriba Mase!.—Gritó Meredith desde las bancas mientras veía a su hermano deslizarse por la pista de hielo.
El partido de Mason terminó en menos tiempo del que imaginábamos. Mason se acercó a nosotros con una gran sonrisa algo forzada debido al peso de su maleta deportiva y el palo de hockey. Me acerqué a él y le ayude con las cosas para después darle un abrazo.
—Estuviste asombroso.
—¿Cuando iremos a ver a mamá?.—Me preguntó ansioso.
—Gracias papá, fue un partido asombroso.—Me burlé un poco de su ansiedad y finalmente los tres subimos a mi auto teniendo como objetivo ir a visitar a mi esposa al hospital.
—No hagas ruido, Meredith. Tu hermanita debe estar con mamá y hay que dejarlos descansar.
—¿Mi hermana está ahí?.—Me susurró emocionada.
—Si preciosa. Anda, ve a saludar a mamá.
Mis hijos entraron a la habitación mientras yo los seguía y logré visualizar el cuerpo de mi chica tendido en aquella cama mientras mantenía en sus brazos a la nueva integrante de la familia. Ella me sonrió enormemente y me susurró un hola apenas audible. Me acerque a ella y besé con delicadeza esos labios que hace unos años pensé que no volvería a besar.
—¿Cómo te sientes?
—Me duelen las piernas y la espalda.
—El doctor ha dicho que es normal por lo que pasó hace unos años.
—Gracias.
—¿Tienes algo que agradecer?
—Sí, el que no me desconectaras. Debió ser algo terrible pensarlo.
—Tenía fe en ti. Si lo hubiera hecho no me lo perdonaría.
—Tenemos que olvidarnos de ese momento.—La miré un largo tiempo, el suficiente para ver su rostro deformarse un poco con una mueca incómoda.
—¿Estás bien?
—Sí, solo sucede algo.
—¿Que pasa?
—Mi hermoso esposo no me ha besado en un día entero y me duelen los labios.
—¿Y el beso que te he dado hace unos segundos?
—Solo fue uno pequeñito, ¿Ya no me quieres?
—Te adoro.—Le sonreí y volví a unir sus labios a los míos por un buen tiempo.
.
—Vamos Hannah, papá solo quiere pasar tiempo con mamá.
—¿Se ha dormido?.—Me preguntó April mientras se recargaba en la puerta de la habitación de la nena, tenia el cabello algo alborotado y vestía únicamente una de mis tantas camisetas.
—Dios mio April, no puedes presentarte aquí vistiendo solamente una de mis camisetas. Me dará un infarto.
—Ve a descansar, yo dormiré a la nena y en un rato yo iré a hacerte compañía.—Se acercó a mí y me dio un pequeño beso en el cuello para después tomar a la niña y mecerla entre sus brazos.
Traté de esperarla despierto pero lastimosamente el sueño casi llega a vencerme y lo habría pasado su no hubiese sentido los labios de mi mujer en mi mejilla y cuello.
—Me encanta como se nota la vena en tu cuello, se ve varonil.
—¿Solo te gusta eso?
—Hay otra parte que no mencionaré pero sabes perfectamente que es.—Dijo con una risita de colegiala y la atraje a mis brazos.—Te amo.
—¿Puedo hacerte una pregunta?
—Ya la estás haciendo.—Dijo acompañada de una risita traviesa.
—¿Me has perdonado por todo lo que pasó?
—Shawn...
—Solo dímelo, necesito saber antes de enloquecer. Hay días donde te miro y solo pienso, ¿Está hermosa mujer me ha perdonado todas las mierdas que la hice pasar?
—¿En realidad quieres saber el momento en el que te he perdonado?
—Sí.
—Fue después de haber estado en ese hospital por muchísimo tiempo, cuando te vi y miré como tu rostro cambiaba ese semblante triste por uno lleno de amor y alivio, supe que no podía seguir sintiendo resentimiento hacia ti. Te amo muchísimo y no voy a dejarte ir. Solo te pido algo.
—Lo que quieras.
—Promete que seré la única, que no tendré que preocuparme por esas situaciones más, que serás solamente mio y de nadie más.
—No necesitas que lo prometa porque sabes que lo haré.—La abracé por la cintura y ésta rápidamente se recostó a un lado de mi cuello y así entre pequeños murmullos y caricias nos quedamos completamente dormidos teniendo la seguridad de que una situación así no volvería a ser y que mi chica será la única por el resto de mis días.
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{Shawn Mendes One Shots}^
FanfictionEl título lo dice todo. Dividido en: Canciones Preferencias Smut Versión Alternativa ¡Que esperas para pedir el tuyo! #415 en Fanfic 25/11/2017 #516 en Fanfic 02/12/2017 #302 en Fanfic 04/12/2017 #167 en Fanfic 05/12/2017 #26 en Fanfic 19/12/2017