Sufres un aborto💖

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—¿Te sientes bien?.—Negué con la cabeza y volví a cubrirme con las cobijas.—¿Que necesitas, linda? 

—Tengo cólicos. ¿Puedes traerme mis pastillas? Están en el botiquín del baño.—Le vi caminar hacia el cuarto de baño y regresar con la cajita rosa en a cual se encontraban mis buscapina.

—Tengo que ir al estudio, llegaré algo tarde. Si sigues con dolor...

—Voy a estar bien. Te veré por la noche.—Shawn besó mis labios y salió de casa después de tomar algunas de sus cosas.

Shawn y yo llevamos varios años juntos. Cerca de cuatro tal vez cinco. Él conocía todo acerca de mí incluyendo los síntomas de mi periodo y puedo decir con toda certeza que no se ha ido tranquilo dejándome sola en casa. 

Mis sospechas sobre estar esperando habían ido en aumento estos últimos días pero los descarté por la llegada de mi periodo aunque éste no había llegado como era debido. Con la llegada de la noche los dolores aumentaron pero no quería preocupar a nadie por algo que no fuese importante por lo que solamente opté por esperarlo.

Cuando Shawn llegó a casa, el dolor era casi insoportable pero el sueño que sentía hacía que no pensara tanto en ello y pronto me quedé dormida. A mitad de la noche estaba temblando bajos las mismas sábanas en las que estaba cubierta esta mañana. 

—Shawn.—Él despertó algo molesto. Se sentó a mi lado y, a pesar de su malhumor, me preguntó con mucho cariño que tanto era mi dolor. 

—Linda, necesito quitarte estas sábanas de encima. Retira tus manos.—Cuando lo hizo ambos nos dimos cuenta de aquel sangrado prominente que se hacía presente en mis piernas.

Todo comenzó a correr en cámara lenta. Dejé de pensar. Como si hubiese sufrido algún tipo de bloqueo. Shawn comenzó a hacer llamadas mientras me ayudaba a ponerme de pie, guardó su teléfono y me enfundó en una de sus chaquetas sin importarle que aun siguiera en una pijama muy corta. 

Me ayudo a subir al auto y condució como loco hasta el hospital mas cercano. Un grupo de enfermeras se encargó de mí mientras otra le hacía preguntas a mi novio acerca de mi estado. Nunca me dejó sola y eso lo valoré de una manera inimaginable. 

—Todo va a estar bien. ¿De acuerdo?.—Sentí sus labios en mi cabello y un ligero apretón de manos. Una doctora joven entró al cubículo en el que nos encontrábamos, me hizo un par de preguntas antes de hacerme un chequeo y finalmente dar su diagnóstico.

—¿Sabes cuantas semanas tienes?

—¿De que me habla?

—De su embarazo, señorita. ¿Cuantas semanas tiene? 

—No sabíamos que estaba esperando.—Contestó Shawn por mí.

—Su cervix está abierto, lo siento mucho chicos. Te pasaremos a piso en unos minutos.

¿Cómo pasó? Era la única pregunta que rondaba en mi cabeza. No sentía tristeza pero si un horrible vacío en el estómago, sentí los brazos de Shawn rodearme y entonces comencé a llorar sin tener alguna idea exacta del porque.

—Está bien, linda. Ya pasará. No era nuestro tiempo.

—¿Cómo no me di cuenta? Es mi culpa, ¿Cierto?

—No, cielo. No es culpa de nadie. Te prometo que, dentro de uno o dos años, volveremos aquí pero ahora se tratará de traer una vida al mundo y lo cuidaremos con todo el amor que se merece.—Era una bendición tener a un chico como él a mi lado.

—Era una bendición tener a un chico como él a mi lado

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{Shawn Mendes One Shots}^Donde viven las historias. Descúbrelo ahora