{Shawn Mendes One Shots}^

Darkness👻

💀

—¿Por qué estaba él aquí?

—Me ayudó con las compras en el super, la barriga me dolía un poco y no podía moverme mucho.

—Entonces hubieras regresado.

—Ya estaba allá, no conduje cinco kilómetros por nada. Ese chico no es malo.

—No lo quiero cerca.

—Es mi amigo, Shawn. Te amo muchísimo y sabes que un muchachito de dieciocho años no te va a quitar a tu chica. — Besé sus labios cortamente y lo abracé pasando mis manos por su cintura. —Necesito un amigo en este lugar, Shawn. Me volveré loca sin nadie con quien charlar mientras tu estés en Nueva Jersey por trabajo.

—¿Que hay de la señora Rosie?

—Ethan es solo seis años menor, tengo que hablar con alguien que entienda lo que digo, no quiero escuchar las historias de como tejer una bufanda en treinta y cinco minutos.

—Confío en tí. Ponte zapatos, saldremos a comer pizza.—El soltó una pequeña risa al ver mi gran entusiasmo, tomados de la mano salimos de nuestro hogar con destino a degustar el mayor antojo que he estado teniendo desde que comenzó mi embarazo.

Salimos a cenar fuera por tan sólo dos horas y al llegar a casa notamos que las luces interiores de la vivienda estaban encendidas.

—¿Dejaste las luces encendidas?

—No.

—Iré a revisar, espera aquí.

—Ten cuidado.—Ví a Shawn entrar a nuestra casa y esperé un largo rato hasta que lo vi salir con el brazo de una señora en su mano, ésta trataba de alejarse pero Shawn era firme en su agarre.

—Llama a la policía.—Me ordenó.

—Si llaman a alguien se arrepentirán. No deberían vivir ahí, sé lo que les digo.

—Maya, llama a la policía.

—Rob, el nombre del niño que dices ver es Rob. Es un ser poderoso. Tienen que irse.—Que diablos haré.

La policía llegó en menos tiempo del esperado junto a una camioneta rotulada con el nombre de un asilo de ancianos. Me acerqué con curiosidad a aquella señora dentro de aquel vehículo y le vi, estaba dispuesta a decir algo pero ella me interrumpió.

—No vayas tan lejos, las respuestas sobre este lugar están más cerca de lo que aparentan.

.

—No te rías, Ethan. Si me dió miedo.

—La señora Lola no es nadie más que una loca de pueblo. Se la vive ahuyentando a personas sin razón. Además, ya está en un asilo ¿No? No tienes porqué preocuparte.

—Me inquieta lo que dijo.

—No te angusties, le harás daño al bebé.—Él me sonrió y posó su mano en mi vientre dejándome notoriamente incómoda.

Algo de él comenzaba a darme mala espina.

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Shawn me había llamado hacía un par de minutos, debido a que había una terrible tormenta en la ciudad le era imposible volver por lo que estaba obligada a pasar mi primera noche sola en esta casa. Eran las nueve, había comenzado a llover y me encontraba en la sala escuchando el sonido de las gotas estrellarse en mi ventana mientras leía un viejo libro de cocina. Estaba cansada pero no quería subir a aquella habitación y experimentar el mismo miedo que llevo experimentando desde hace un par de semanas.