{Shawn Mendes One Shots}^

¿Imposible?💖

Dedicado a mendesarmyprros

Nos conocimos a los doce cuando él me defendió de un grupo de bravucones que querían pasarse de listos conmigo. No recuerdo mucho de ese día, solo recuerdo la herida que se creó en el rostro de Shawn cuando uno de esos chicos lo golpeó.

Nos volvimos muy unidos y no había día en el que no nos vieran juntos pasando el tiempo por ahí. Poco después de cumplir los dieciséis comencé a sentirme algo atraída hacia él. Era guapo y nadie podía negarlo pero era mi mejor amigo, no podía arruinar la amistad. 

Ahora nos encontrábamos iniciando la Universidad y compartiendo un pequeño departamento que nuestros padres con mucho esfuerzo se encargaron de conseguir. Vivir con el chico de tus sueños parece ser lo que toda chica quiere pero, la verdad, es que la realidad es otra.

Shawn era de esos chicos que preferían a las chicas de una sola noche por lo que casi cada fin de semana me veía obligada a escuchar incómodamente los ruidos que provenían de su habitación o pasando la noche en donde mis amigas.

¿Cómo no se daba cuenta que esto rompía mi corazón?

—Buenos días, hermosa mujer.

—¿Chica número trece ya se fue?

—No lo digas cómo si fuese un prostituto.—Dijo riendo. Tomó el cereal de la despensa y se sentó a mi lado a desayunar.—Se fue por la madrugada, Fran. No tienes porque preocuparte.

—No quiero que te peguen algo.

—¿Que harás esta noche?

—Tener una inigualable cita con mis libros de texto. ¿Porque?

—Salgamos. No me importa a donde solo quiero que despejes tu mente por un día. ¿Que dices?

—Bien. Hagámoslo.

Ambos nos preparamos para salir de paseo. Pasamos un agradable momento en el billar y tomamos una caminata por Central Park. Compramos un par de pretzels y volvimos a casa alrededor de las ocho. 

Me sentí plena y por un momento sentí que todo jugaba a mi favor. Supe que era así cuando, en medio de nuestra estancia, me besó. Y no me importó, dejé que las cosas surgieran sin importar las consecuencias. Sin importar que mi corazón se destruyese en el proceso.

—¿Vamos a mi habitación?.—Susurró contra mis labios.

—Vamos a la mía. Esa sigue siendo pura.—Él soltó una risita llena de gracia y sujeto mi cintura mientras caminabamos a mi habitación entre besos lánguidos.

Solo se detuvo un momento en su habitación para obtener un par de preservativos. Esto estaba yendo cada vez más lejos pero no me importa. Ya nada importa.

—Eres hermosa.— Y fue así como, entre besos suaves y manos lentas, me hizo suya por primera vez.

Talvez esto tendría repercusiones, talvez esto me traerá algo de sufrimiento pero sé con toda certeza que esto lo he hecho por amor.

Amanecer junto a él fue una experiencia única. Admirar su rostro tan tranquilo y seguro sería una de las imágenes que siempre permanecería en mi memoria. Quité de su rostro aquellos pequeños rizos que caían por su frente y besé la punta de su nariz.

Sé que era demasiado temprano para él por lo que decidí levantarme de aquella cama y tomar una ducha. Decidí no volver a la cama así que, solamente vistiendo una de sus camisetas, comencé a preparar algo para ambos al ritmo de una canción de The Rollings Stone.

—Estas muy animada, ¿Te jodieron bien?.—Dijo riendo mientras abrazaba mi cintura.—¿Que estás preparando?

—Solo sientate y déjate consentir.

—Suena muy tentador.—Sonrió siguiendo con nuestro coqueteo mañanero.

Desayunamos en silencio ya que, para estas alturas, nuestros cinco sentidos estaban al cien y ambos analizabamos con cuidado lo ocurrido anoche. Él me miró con algo de culpabilidad y tomó mi mano sobre la mesa antes de hablar.

—Lo siento. No debí ser tan impulsivo. Sé que fue tu primera vez y...

—¿Te arrepientes?

—No. Pero tampoco me siento orgulloso, no soy la clase de tipo con quién debiste tener esa experiencia.

—¿Alguien mejor que mi mejor amigo de años? No lo creo. Shawn, no me arrepiento de lo que ha pasado.

—No debió pasar.

Eso me dolió como no tienen idea. Pero no podía hacer nada al respecto. Ya era muy tarde.

Las cinco semanas siguientes fueron un completa tortura. Viviendo como dos perfectos extraños bajo un mismo techo. Shawn decidía no pasar tanto tiempo en casa y creo que eso fue lo mejor durante las primeras semanas.

Lo extrañaba pero sentía que no había nada que pudiese hacer. O talvez si...

—Fran, ¿Estás en casa?.—Con cada paso que daba más nerviosa me ponía, posiblemente estar esperándole en su habitación era una idea estúpida pero ya no había vuelta atrás. Éste abrió la puerta y entonces se pudo revelar ante él aquella habitación casi a oscuras a excepción de dos pequeñas velas que iluminaban muy tenuemente pero era lo suficiente como para iluminar mi cuerpo en medio de su cama.—¿Que estás haciendo?

—Si estar sobre tu cama de esta manera para poder tener una charla contigo lo haré. No quiero seguir de esta manera contigo porque a ambos nos lastima. Te amo pero no es ese amor de mejores amigos.—Confesé dejandole pasmado.—Me di cuenta de todo lo que sentía por ti desde los dieciséis. Y sé que esto es apresurado y si esto me lastima estará bien, hay cosas peores pero... solo quería que lo supieras.

No me dijo nada. Simplemente se acercó muy lentamente y tomó mi cintura con cuidado. Me admiró con detalle un par de minutos hasta finalmente susurrar un par de palabras que me calmaron.

—Me alegra que hayas sido tú quien confesara primero porque me aterraba cagar nuestra amistad. 

Después de esa noche todo fue diferente, iniciamos una relación completamente funcional y hermosa. ¿Quien dijo que esto sería imposible?