Está en el Ejercito💖

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—¿Quien me asegura que estarás bien?.—Sus suaves manos acarician mi cabello con armonía y a su vez escuché un pesado suspiro de su parte. Me aferro a su pecho y aspiro aquel suave aroma a hombría que emana de su ser sin ser capaz de dejarlo ir. No quiero que vuelva a irse.

—Ya hemos hecho esto antes, todo saldrá bien. Regresaré en siete meses y una vez que lo haga tú y yo nos iremos de aquí. Confía un poco en mí.

—Confío en ti. No confio en las misiones que te hacen cumplir. Te aterra la idea de perderte.

—Nunca me perderás, mientras esté en tu pensamiento y en tu corazón estaré a salvo.

—¡Mendes! Es hora de abordar.

Abrazo con fuerza al hombre de mi vida y permito que bese mis labios por un par de segundos antes de despedirme. Observo con cierta tristeza como se despide de sus padres y finalmente se marcha manteniendo en una de sus manos su equipaje mientras sostiene con la otra aquella pequeña cadena que había comprado para él por nuestro primer año de matrimonio.

—Él estará bien.—Comentó su madre con cierta melancolía.—Siempre lo está. Vamos a casa, te invito a comer.

Shawn decidió enlistarse en el ejército  canadiense hace tres años cuando su abuelo murió. Nunca corté sus intenciones y siempre me dediqué a apoyarle pero después de cierta situación que puso su vida en riesgo surgieron miles de miedos que hasta la fecha no he logrado vencer.

Nos casamos en un acto desesperado cuando nos dimos cuenta de que tan frágil es la vida y decidimos vivir temporalmente en casa de sus padres hasta que él terminara su servicio militar aunque perdí completamente la esperanza de ello cuándo volvió a enlistarse para una nueva misión.

Cada día era eterno para mí, las noches ni se diga. Los días pasan con una lentitud tan abrumadora que me hace querer dejarlo todo para dejar de sufrir pero mi amor por él es tan grande que sería capaz de soportarlo todo por él.

—¿En que piensas, linda?.—La señora Mendes deja amablemente un plato con un tipo de crema que desprende un agradable aroma que logra abrir mi apetito.

—En nada importante. Mañana tengo una cita con el doctor, ¿Podría acompañarme?

—Con muchísimo gusto. ¿Shawn lo sabe?

—No se lo dije.

—¿Porque?

—Porque decírselo lo hubiera hecho quedarse y era algo que podía permitir. Sería como atarlo.

—Oh linda. Recuerda que no estás sola, vamos a cuidar de ti durante su ausencia. Estará completamente sorprendido cuando vuelva.
 

Mes 1
13 Semanas

—Te extraño.—Escuchar su voz por el auricular me puso algo sentimental y llorona. Sé que es por culpa de las hormonas pero no puedo evitar pensar que él también tiene la culpa.

—Yo también lo hago. Muchísimo.

—Pronto estaremos juntos y lo primero que haremos será irnos a una playa, la que tú prefieras. Tengo que agradecer tu paciencia.

—Solo llega con bien. Esa es mi única recompensa.

—Tengo que dejarte. En cuanto pueda volveré a llamar. Te amo.—Y colgó sin molestarse en escuchar mi respuesta.

—¿Cómo está mi hijo?

—Está bien, no puede revelar su ubicación pero no está en una zona de guerra.—Aquellas personas solo asintieron y tomaron lugar en un sofá disponible a un lado de mí.—El bebé ha crecido mucho, lo he notado esta mañana.

Vi aquella chispa de emoción en el rostro de ellos haciendo que aquel momento se tornara menos amargo. Ambos observaron aquella pequeña barriguita que comenzaba a hacerse presente en mi cuerpo por lo que parecieron horas y pidieron estar presente en la próxima visita al médico. No me negué, necesito su apoyo más que nunca.


  

Mes 4
25 Semanas

—¡Es un niño!

Observo con cuidado todas y cada una de las reacciones de las personas a mi alrededor, todas disfrutan de este momento a excepción de mi. Ha pasado un mes desde la última vez que Shawn y yo hablamos en la cual no habíamos terminado de la mejor manera y no podía dejar de sentirme con culpa.

—¿Estás bien?

—Necesito hablar con Shawn. Le debo una disculpa.

—Tranquila, él está bien. Manny ha hablado esta mañana con él y está perfecto. Está un poco apenado contigo por esa pelea pero ha mandado a decir que te ama muchísimo y te tiene una sorpresa.

Asentí sin ánimos. Sinceramente no me entusiasma nada, solo quiero estar con él y nunca dejarlo ir. Ya no.


  

Mes 6
34 Semanas

—Mi pequeño está haciéndose notar, ¿Sabes cuándo llegará?

—Por estas semanas, el doctor está un poco preocupado por que mi cuerpo no pueda soportar las cuarenta semanas, pero ya no es riesgoso.

—Entiendo. Manny y yo saldremos a caminar, ¿Quieres venir con nosotros?

—Si.

Talvez pueda arruinar el paseo con mis constantes fatigas pero no estoy dispuesta a encerrarme en casa y sufrir en silencio. Después de una caminata de veinte minutos tomo lugar en una banca y tomo el aire que comienza a hacerme falta.

—Iremos por un helado, ¿Quieres uno?.—Estaba a punto de levantarme cuando me lo impidieron.—No, descansa. Nosotros iremos por él.

Después de una mirada cómplice, se alejan de mí dejándome disfrutar un poco de silencio. Sentí una mano posarse en mi hombro asustandome un poco. Al darme la vuelta mis piernas temblaron al ver al chico de mis sueños frente a mí con una enorme sonrisa.

Cuando junto su anatomía con la mía pude notar su confusión y como sus ojos se llenaron de lágrimas al ver mi enorme barriga crecida. Se puso de rodillas frente a mí y acaricia mi estómago con admiración sin poder creerlo.

El chico de la sorpresa resultó ser el sorprendido.

—¿Porque nunca lo dijiste?

—No quería atarte.

—Tu siempre serás primero, ustedes lo serán. Nada volverá a alejarme de ustedes. Lo prometo.

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{Shawn Mendes One Shots}^Donde viven las historias. Descúbrelo ahora