Gimnasio🔥

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—Levántate perezoso. Vamos a entrenar.—Mi chico se cubre por completo con las sábanas haciendo que retire todas de la cama dejando su redondo culo expuesto en su totalidad.—¿Te he dejado muy cansadito, bebé?

Gruñe y me toma mis manos para acorralarme debajo de su cuerpo desnudo. Besa mi cuello con algo de pereza mientras su miembro roza peligrosamente mi entrada cubierta por un par de licras para ejercicio pero eso no evita que me haya puesto caliente. Solo me besa para quitar de mis manos la sábanas que le he quitado y volver a envolverse con ellas.

—Anda, bobito. Acompáñame.

—Puedes ir tú sola, cariño. Estoy cansado, si quieres llévate mi auto.

—¿Me dejarás conducir tu precioso Audi recién sacado de agencia sin ningún tipo de defecto aún sabiendo mi historial?.—Gruñe en manera de asentimiento​.—Bien, solo recuerda que no soy muy buena estacionandome.

Abre los ojos como platos y salta de la cama directo hacia nuestro vestidor. Me mira con cierto enfado pero aún así se coloca los tenis y toma mi maleta.

—No te preocupes, lindo. Iremos en mi auto.—Beso sus labios cortamente y salgo de aquella habitación antes de recibir algún reclamo.

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—¿Quieres hacer una rutina de pesas el día de hoy o intentaras con el spinning?

—Iré al spinning y terminaré con una rutina de brazo.

—Bien. No le veas el culo a otro hombre.

—Miraré el tuyo por el cristal.—Shawn besa mi cabello antes de guardar nuestras cosas en un casillero y finalmente irse a entrenar por su cuenta.

Durante la clase de Spinning me es imposible poner tanta atención al tener a un par de metros a mi novio haciendo sentadillas mientras carga un par de pesadas mancuernas. El roce de la bicicleta y el muy distractor cuerpo de mi chico me dificulta terminar la clase pero aun así logro hacerlo. Demonios, no sabe lo que le espera.

Salgo de mi clase y me dirijo a paso decidido junto a él. Le abrazo por la espalda y muy discretamente dejo un leve apretón en su paquete haciendo que solo de un pequeño brinco de sorpresa.

—Alcanzame en las duchas en cinco minutos. No tienes idea de como me has puesto.

Sin dejar que él me diga algo maa que un asentimiento, me doy la vuelta y me dirijo a los vestidores. Lavo mi cabello con rapidez y paso un rastrillo de emergencia por mis piernas antes de cambiarme a otra ducha libre de jabón dispuesta a esperarle.

Escucho como guarda un par de cosas en nuestro casillero, como toma un par de toallas y como estas caen sobre un banquillo y finalmente corre la cortina ansioso por su encuentro conmigo. Sé que sonríe pero no le veo por estar de espaldas.

Sus callosos dedos delinean mi figura y comienzan aquel conocido camino hacia mi entrepierna, sus dedos se abren paso hasta llegar a mi punto más sensible y tocarlo con suavidad.

—¿Te gusta, bebita?.

—No quiero que te detengas nunca.

Sus manos no descansan ni bajan la velocidad de sus caricias, me da la vuelta y golpea mi espalda sobre la fría cerámica dejando que la tibia lluvia artificial nos aumente aún más la temperatura. Sus manos suben a mis mejillas y me besa con algo de brutalidad.

—Seré una bestia, nena. Y no voy a arrepentirme de ello.—Murmura antes de entrar de una sola estocada tocando hasta el punto más profundo de mi ser haciéndome imposible callar un ronco gemido cargado de placer. Oh demonios. Sus embestidas son rudas y sin nada de cuidado, sus jadeos son ocultos en mi cuello al mismo tiempo que rasguña suavemente la piel de mi cuello con sus dientes. Las sensaciones son tan intensas que no puedo quedarme callada.—Callate, van a escucharnos.

—Callate y sigue jodiendome.—Aumenta sus embestidas aún más haciendo que mis piernas abracen sus caderas con más fuerza y golpee su trasero con mis talones esperando por ir más alto.

Me deja en el suelo y me da la vuelta dejando mis pechos completamente pegados a la fría cerámica de la ducha, levanta mi culo un poco y proporcionando una nalgada se hunde nuevamente de manera brusca y caliente.

Mientras sus movimientos aumentan cada vez más sus manos se pasean por mis pechos. Una de estas termina en mi cuello y le aprieta suavemente afianzando sus movimientos.

—Correte conmigo.—Susurra agitado en mi oído sin dejar aquella brusquedad de lado.
Dejando escapar un grito placentero me dejo llevar por todas mis sensaciones y termino completamente agotada en el pecho de mi chico. Este, aún excitado por nuestro anterior encuentro, besa mis labios y cierra la canilla del agua. Toma el par de toallas fuera de la ducha y me envuelve tiernamente en una de ellas.

—Sal tú primero, debemos ser muy discretos.

Claro que eso no pasó ya que, ante tal espectáculo, nos echaron de aquel gimnasio un par de minutos después. Bueno, al menos la anécdota se quedará con nosotros por el resto de nuestras vidas.

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¿Les parecería raro si vuelvo a hacer un OS bien cochino con este nene y el nuevo amor de mis 20's el Calum Hood?

{Shawn Mendes One Shots}^Donde viven las historias. Descúbrelo ahora