{Shawn Mendes One Shots}^

Hotel💖

Dedicado a StacyHM0811

—¡Eres Shawn...

—No hagas ruido, solo dame una habitación por favor.

—El lugar está lleno.

—Por favor solo por esta noche. Es urgente.

—Pero...

—Solo necesito una habitación por esta noche, si ya escuché que el hotel está lleno pero debe haber alguna opción. No puedo salir de este lugar.

—Toma, la habitación está en el último piso pero tendrás que desocuparla en dos horas porque...

—¡Muchísimas gracias!.—Gritó aquel chico completamente agradecido.

El chico estaba notoriamente desesperado, sus lentes oscuros no lograban ocultar la gran preocupación que sentía. Cuando el recepcionista le entregó una llave que le daría la oportunidad de estar a solas corrió escaleras arriba sin importar los ocho pisos por subir.

Una vez dentro de aquella habitación decidió explorar aquel cálido lugar. Sin tener nada suyo en sus manos a excepción de su teléfono celular decidió darse una ducha y lavar allí mismo las prendas que usaba aquel día.

Abrió un poco aquel hermoso balcón que reflejaba una vista perfecta de la ciudad y dejó su ropa fuera secándose al sol. Y, cubierto solamente con una cómoda bata de baño, decidió echarse en aquella blanda cama y dormir por horas siendo tranquilizado por aquel suave aroma a lavanda. Había sido un día muy duro que finalmente había quedado atrás.

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—Si mamá, estoy bien. Prometo regresar pronto.

—Necesitamos saber dónde estás, ¿Estás bien? ¡Te fuiste de ahí sin decir nada!

—Necesito estar solo.—La voz dañada de aquel chico delataba lo mal que se encontraba ahora.—Voy a enloquecer.

—Tranquilo, bebé. Te entiendo y lo respeto pero por favor solo no pierdas la comunicación con nosotros. Necesitamos saber si estarás bien.

—Está bien. Llamaré pronto, dile a papá que lo quiero.—Finalizó antes de colgar y volver a envolverse en aquellas cálidas mantas.

Decidió dormir por un largo tiempo hasta que el sonido de la puerta lo alertó. Pensó que solamente se trataba de algún tipo de servicios, nunca esperó encontrarse con una chica. ¿Quien era?

—¡Dios mío! ¡¿Que haces en mi habitación?!.—Él levantó su mirada captando la atención de aquella mujer haciendo que está bajara su tono de voz.—¿Shawn Mendes? ¡Eres Shawn...

—Por favor no le digas a nadie que estoy aquí. Solo déjame solo y...

—Esta es mi habitación, puedo moverte a otra solo es cosa de hacer un ajuste a tu tarjeta de crédito y...

—No estoy registrado.

—No creo que puedas quedarte aquí si esa es la situación. ¿Estás bien?

—No.—A este punto el dolor que él sentía ya no podía ser ocultado, tenía que dejarlo salir.—Por favor, no me saques de aquí.

—Shawn...

—No sabes todo lo que he pasado. Estoy cansado. No tengo nada conmigo más que mi teléfono y la ropa de aquel día, no traigo mi billetera conmigo. Solo quería estar solo.—Aquella chica sintió su corazón romperse al ver a aquel chico derramar un par de lágrimas en silencio. Las primeras lágrimas que él se había permitido derramar.—Sé que será demasiado pedirte esto pero comparte esta habitación conmigo y le digas al dueño, por favor. Prometo recompensarte en cuanto tenga acceso a mis tarjetas.

—Tienes suerte de estar hablando con la dueña de este lugar. Tranquilo, te quedarás aquí todo el tiempo que necesites. ¿Has comido algo?

—No.

—Pediré algo para ti. Tranquilo, todo va a salir bien.—Aquella sonrisa tan cálida por parte de una desconocida fue lo suficientemente fuerte para que él se sintiera seguro y viera que aún después de tantos dolor y estrés aún había un poquito de luz en la oscuridad.

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—Gracias por todas tus atenciones, Stacy.—Ella sonrió y miró sus manos entrelazadas con las de él.—En cuanto llegue a casa te depositaré el dinero que te debo.

—No te preocupes, corre como cuenta de la casa. Te extrañaré mucho.

—Me verás pronto por aquí, te lo prometo. Tengo que visitar a mi novia de manera constante, ¿No?.—Ella sonrió al saber que era lo que venía.—A pesar del poco tiempo juntos no pude evitar sentirme tan bien contigo a mi lado, ¿Quieres ser mi novia?.

—Si.—Ella estuvo a su lado en los momentos más difíciles para él, ella lo hacía feliz. Era hora de serlo de una manera constante.