Capítulo 16. Porrista personal
Cuando por fin pude desprenderme de Buster, no porque yo quisiera estar pegada como un moco a él todo el día, aproveche para ir por mis libros a mi casillero. Podía aparentar ser una zorra, pero no dejaría de mantener mis notas y el desliz de hoy con ese examen no lo volvería a cometer.
Mientras saco mis libros, pienso en el horrible día que he tenido hoy. Buster se la paso burlándose de mi con su amigo Max cuando Buster, cruelmente, me ordeno que le entregara el celular o él mismo lo cogería. Y como ahora tengo que hacer todo lo que el chimpancé con delirios de rey león, tuve que entregárselo.
Al final, termine sin grabación y con dos idiotas que se reían de mí.
¡Viva yo y mi vida!
-hola, Mad. -cuando escucho esa voz, siento que mi garganta se seca, cierro el casillero casi a modo zombi y miro la gran sonrisa que tengo delante de mí. - ¿Cómo estás?
-yo... emm... yo... - ¡diablos! Por favor, cerebro, concéntrate. -bi... bien...
Dylan se recuesta sobre el casillero de al lado y me da una sonrisa ladeada. Están guapo.
-pues que bueno, yo venía... -están lindo, ¿Por qué existe alguien tan guapo como él? Y sus ojos, tan azules que parecen dos lagunas sin fondo, su cabello castaño y dios, él es tan guapo. -... ¿Qué dices?
Salgo de mi babeo mental para mirar a Dylan, ¿Qué estaba diciendo?
-lo siento, ¿Qué decías? -pregunto intentando no parecer idiota, sus labios se extienden en una sonrisa y ¡Oh muero! ¿Por qué tiene que ser tan sexy? - ¿Ah?
-te decía que si podrías prestarme tus apuntes de literatura, he oído que eres muy buena para ella y por las prácticas de natación no pude asistir así que, ¿podrías?
¿Cómo pude ser amiga de él y no declarármele antes? Están guapo, tan estupendamente lindo, tan maravillosamente ¡increíble! Jesús, estoy loca por él.
-si... yo... po... po.... Podría...
-está bien. -Dylan vuelve a sonreír y recibe el libro, mientras intento no parecer tanto a una ballena con problemas de habla. -te lo devolveré mañana.
Lo veo irse por el pasillo contrario mientras suelto un suspiro, dios, si pudiera solo hablarle y no esos mono bisílabos que le doy siempre.
-Guau, chica. Estas muy grave. -cuando por fin logro calmarme, volteo para ver de quien se trata.
Mis ojos se encuentran con dos idénticos mellizos. Le doy una sonrisa a Majo mientras Juju está leyendo algo en su celular. De pronto, recuerdo lo que paso en la cafetería con el amigo de Buster y su confusión por Juju y no puedo evitar sonreír.
¿Qué? ¿Qué me pasa? ¿Por qué diablos estoy sonriendo al pensar en Buster y todo lo que se refiere al imbécil?
Por dios, ya me estoy volviendo loca.
- ¿Cómo estás? -le digo a Majo intentando alejar los pensamientos de Buster de mi cabeza, la chica asiente feliz y me señala el pasillo.
-bien, ya nos íbamos, pero queríamos hablar contigo.
-claro, ¿Qué pasa?
Guardo los libros en un bolso que traje, era de Adele cuando venía aquí, y ahora comprendo porque ella casi siempre reprobaba, lo único que cabe en este bolso es maquillaje y el celular.
Nada más.
Mientras intento meter los libros en el pequeño bolso suicida de mi hermana, espero a que Majo hable. Pero ella se mantiene inusualmente callada.
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Si No Te Amara ©
Teen FictionBaje mis ojos, sin ser capaz de mezclarme con aquel par de esmeralda que brillaban pidiendo ser admirados, no podía, porque verlo era tan doloroso como exquisito, como comer helado cuando sabes que te engordara, como ver una película de miedo cuando...