CAPÍTULO 13. Si es contigo, siempre

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CAPÍTULO 13. SI ES CONTIGO, SIEMPRE.

Buster.

Palpo con mi mano la cama tratando de buscar algo que me hace falta, le digo a mi cerebro que estoy completamente bien, sin embargo mi cuerpo me dice que no, así que sigue tratando de buscar, de encontrar lo que necesita; abro mis ojos cuando la siento y descubro que Mad no está en la cama, miro el reloj en su mesa de noche y marcan las 11:30, joder, no puedo creer que dormí todo eso; supongo que el hecho de que me haya quedado dormido casi a las cinco de la mañana tiene algo que ver.

Me desperezo y sonrió, quiero verla, quiero besarla y quiero decirle que no importa cuánto dolor sienta ella por lo de Tori, cuanto miedo tenga de hacerme daño a mí, yo voy a estar ahí para que juntos salgamos adelante, quiero que sea así, quiero que este conmigo y si ella me pidió que me quedara anoche, me pedirá que me quede toda su vida.

Y lo hare.

Veo a George en el suelo y me agacho, el animal apenas se mueve y parece enfermo, lo sobo y lo acerco a mi rostro.

— ¿Qué pasa, pequeño? —digo, pero el animal no se mueve, ahora si empiezo a preocuparme así que me levanto y trato de buscar el número de algún veterinario en mi celular mientras voy a buscar a Mad, pero no hay nadie en la casa.

Tal vez salió a comprar algo para George, pienso, de pronto ella lo vio enfermo y por eso se fue. Una sensación extraña en mi garganta hace que me tenga que sentar y una extraña impresión me invade, se escucha un silencio tan aturdidor que comienzo a ponerme mal yo, y George se remueve en mis brazos, tengo que hacer algo, no puedo dejarlo así, busco el numero de un veterinario y lo apunto cuando encuentro uno cerca, voy a darle un poco de comida al hámster pero él no la recibe, hay algo raro, algo le sucede.

Como hoy es domingo no hay nada abierto, así que tendré que llamar mañana, sin embargo hiervo un poco de leche y dejo a George en su jaula dormido, me siento en la cocina esperando a que la leche termine de hervir y miro hacia la puerta, sólo se oye el ruido de la ciudad, los carros, las sirenas y el viento chocando, se oyen las voces y la música, pero todo parece tan silencioso aquí que el mal augurio hace que me moleste.

¿Por qué no ha llegado? Entonces corro hacia su habitación, la cama está allí, hay cosas de ella sobre la mesa de noche y libros que trajo, sus cuadros y fotografías, abro rápidamente el armario y retrocedo al verlo.

—no. —digo con la voz ahogada, miro lo que hay dentro, o para ser más exacto, la carencia de ello. —no Madisson.

Corro buscando una nota, un mensaje o algo que me dé una respuesta, pero no encuentro nada hasta que abro mi computador y me encuentro con e-mail.

Para:

Fecha: Febrero 08/16 09:45 a.m.

De: Madisson Gillies

Asunto: ¿Perdóname?

Miro el asunto y es suficiente para que tema abrirlo, no quiero, creo que no es lo mejor, pero debo hacerlo, tengo tanto miedo de lo que diga dentro que tardo más de quince minutos viéndolo sin abrirlo, sólo mirando el nombre de Madisson y ese ¿Perdóname? Como si ella me hubiera hecho algo malo a mí, y una parte de mí me dice que está a punto de hacerlo.

Entonces le doy clic, y abro el mensaje.

Lo siento.

Buster, no sé cómo más empezar este mensaje que con un lo siento, supongo que es porque esa palabra no termina de abarcar por todo lo que yo deseo disculparme, y entonces lo pienso, ¿Cuántas palabras hay en este mundo que no terminan de decir todo lo que queremos expresar? ¿Qué son insuficientes para explicar lo que sentimos? Quisiera poder detener muchas cosas, haber tenido la culpa en la muerte de Tori es una de ellas, hacerte daño incumbe otro punto importante, enamorarme de ti, es el más necesario.

Pero no me disculpare por amarte, esa culpa la tienes tú. Te odiaba, lo sabias, odiaba tanto que me sacaras de quicio, que te metieras en mi cabeza y que hicieras mi piel crispar, odiaba tanto que fueras tan idiota y que aquello me hiciera reír, odiaba que pudieras sacarme de mis pensamientos malos para convertir mi realidad en algo hermoso. Te odiaba Buster, te odie tanto que termine amándote, así que esa es toda tu culpa.

Pero lo otro, el haberte dañado, el haberte hecho guardar ese dolor sólo para que yo no lo sintiera, Buster, me disculpo por eso, me disculpo por ser tan ciega y pensar en un chico que no me correspondía cuando tú estabas siempre frente a mí, me disculpo por haberte hecho amarme en silencio, me disculpo por dejarte.

Y hay más cosas por las que deseo disculparme Buster, me disculpo por las cosas que no pudo haber entre nosotros, me disculpo por los besos no dados y los Te amo no mencionados, me disculpo por las noches en que no podremos pasar juntos y los días que hubiéramos compartido, me disculpo por las cantidades de abrazos que nos habríamos obsequiado el uno al otro, siento esas sonrisas y esas lagrimas que no tendremos por nosotros, me disculpo por todo lo que podríamos haber sido tu y yo y que ahora será difícil ver.

Y por sobre todo, Buster, me disculpo por irme otra vez, no me busques, creo que lo mejor es que me vaya, supongo que estudiar en la misma universidad no es algo bueno y por eso mañana mismo pediré mi cancelación. Si quiero sanar, también me tengo que alejarme.

No creo estar lista para la universidad, ni para amarte y tampoco para perdonarme aun. Así que te pido tiempo, si el destino nos vuelve a juntar, ya decidiremos que hacer, no quiero apresurarme otra vez.

Te amo Buster, si es contigo, siempre estaré. Aunque no sea físicamente, te amare aunque nunca te vuelva a ver.

Mad Cow para ti.

No sé cuánto tiempo releí sus palabras ni cuantas de aquellas frases quedaron impresas en mi cabeza, no sabía que sentía dentro de mi corazón, si era el dolor por su marcha o si me sentía a rebosar al saber que ella me había amado tanto como yo lo hago; era una extraña sensación, como cuando comes tanto helado que tu estomago duele, es esa sensación dulce y amarga, que te consume y te deja incluso peor que la mayor de las tristezas, porque no sabes cómo sentirte, no sabes cómo actuar, no lo haces.

Mire a George, quien pareció gemir cuando vio que algunas lágrimas se salían de mis ojos, demonios, los hombres no deberían de llorar, pero ¿Cómo no hacerlo cuando leías algo como esto? Albert Espinosa decía que valía la pena romperse por llorar y amar, supongo que yo estaba de acuerdo, esa tarde me rompí a llorar y amar por la misma persona, y se sintió extrañamente bien.

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Hola gente de wattpad, bueeeno, sé que tarde demaciado -mucho, mucho, mucho- y que quiza deseen matarme por estos caps, que ademas de cortos, suceden unas cosas horribles. Pero tengo excusa eh, Mi computador se enfermo, entro en coma o mejor dicho, se daño. Y yo odio escribir en celular así que a penas pude escribir este capítulo hace como dos días, asi que lo siento mucho por la tardanza.

Ya llega el final, así que la proxima vez que actualice, esperenlo para el viernes a más tardar, publicare un cap que falta, el ultimo cap y si hago epilogo tambien. Por lo que deseo ver sus votos, sus comentarios, sus supocisiones sobre el final y tambien quiero que se pasen por la siguiente historia que publicare, El Secreto de Allen, ya pueden verla en mi perfil.

Esto no es un adíos, pero parece uno.... Jejeje, nos vemos pronto.

Bye, bss

Si No Te Amara ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora