Capítulo 42. Gran mentira.
Se podría decir que el aire lo suficientemente tenso como para coger un cuchillo y cortarlo, servirlo en un plato y hacer que sirviera de postre. Pero eso era poco a comparación de lo real, lo hostilidad que rondaba era tan latente que casi podía levantar mi cara y sentirme quemada por las miradas de todos mis amigos.
-ya estamos aquí, ahora habla. -empezó Majo molesta. -solo vine porque no dejare a Hill y Ryan bajo tus manos de manipuladora.
-Majo. -la recrimino Ryan, ella sin embargo no le hizo mucho caso y me miro.
-es cierto, puede que te hayas puesto buena pero te convertiste también en una bruja. -fue turno de Juju por hablar, si, si él supiera que lo relacione con un chico pensaría que yo era más que una bruja.
Tome un suspiro, asintiendo hacia ellos y preguntándome por qué razón habría elegido este lugar, lo juro, cuando dije que fueran al sótano solo era porque pensé que sería como esas películas de espías donde se reúnen en un lugar donde nadie va, ahora veo que no es tan agradable, a veces pienso que saldrá Fredy Kruger con sus cuchillos y me matara, pero no solo tengo que alzar la mirada hacia Majo y darme cuenta que eso es mucho peor.
-está bien, comenzare.
-ya era hora, llevamos aquí como quince minutos y huele a los pedos de mi hermano. -dice muy molesta Majo.
- ¡hey! Tú eres la que lanza gases con olor a huevos.
- ¡te dije que eran cebollas! Y me prometiste que no lo contarías si yo nunca decía que comías mocos cuando te daba hambre.
- ¡paren! -Ryan detiene a los dos gemelos, ellos se miran pero luego vuelven su mirada a mí, si, genial.
Vuelvo a respirar, su pequeña pelea me pone aún más nerviosa, ellos me caen bien, son graciosos y buenas personas, ¿Cómo pude ser yo tan tonta? No lo sé, simplemente no merezco que ellos me perdonen, pero como la egoísta que soy necesito que lo hagan.
-Hace mucho tiempo...
- ¡vamos! Que no venimos a que nos contaras un cuento. -me detuvo Majo. -empieza por lo esencial, ¿para qué nos trajiste?
-porque quiero disculparme, y necesito que oigan esta historia.
-ya, Majo, déjala continuar. -Ryan me mira, me dice con sus ojos que prosiga y yo lo hago, en verdad necesito que ellos sepan esto.
-cuando tenía diez años, mamá pensó que sería mucho más feliz si se iba, lo sé, ustedes dirán qué tiene que ver esto con lo que hice, pero tiene mucho que ver. Mi hermana me ignoro, mi padre comenzó a trabajar todo el día, mamá nos había abandonado. Entonces, yo solo tenía a mis amigos.
Le di una mirada de comprensión a Ryan, él asintió sabiendo esta parte de la historia.
-ellos me ayudaron, pero nadie sabía cuánto me dolía a mi aquello, así que un día decidí que si no era lo suficiente buena para que mi mamá se quedara tampoco para vivir, ese día compre un gran tarro de pastillas y me escondí toda la tarde en los juegos del parque, estaba empezando a tomarlas cuando alguien me detuvo.
Ahora, era imposible hablar de esto, nunca se lo había dicho a nadie, ni siquiera a papá o a mi hermana, tanto Hill como Ryan estaban totalmente sorprendidos, obviamente ellos tampoco. Solo una persona lo sabía.
-Dylan me detuvo, no saben cómo me sentí aquel día, me había dicho que no podía irme, o lastimaría no solo a mi familia, sino a mis amigos y a él. Desde ese día me enamore de él, supe que lo estaba pero éramos amigos, no podría simplemente decírselo, y entonces sucedió, sucedió lo impensable, estaba tan destruida, tan confundida.
ESTÁS LEYENDO
Si No Te Amara ©
Novela JuvenilBaje mis ojos, sin ser capaz de mezclarme con aquel par de esmeralda que brillaban pidiendo ser admirados, no podía, porque verlo era tan doloroso como exquisito, como comer helado cuando sabes que te engordara, como ver una película de miedo cuando...