Capítulo 10. No hables, solo bésame.
Buster.
Cierro la puerta del apartamento y suelto un breve suspiro, por todos los santos, si ella no hubiera parado las cosas allí yo sabría bien lo que estaría haciendo ahora, y eso implicaba a una Mad desnuda en mi cama y no a mí aquí, fuera del apartamento luciendo un poco herido. Quisiera saber, quisiera poder intentar no quererla tanto, pero es tan difícil, es como ser un ciego que tiene la oportunidad de ver el sol, no perdería ni un segundo parpadeando para dejar de mirarlo.
Así es ella, ella es el foco de luz y yo la mosca que no dejar de sentirse contemplado ante su luz, pero no puedo simplemente ir y besarla, no si ella aun parece odiarme, si ella no quiere nada tener que ver conmigo.
-Hola, ¿estás bien? -salto ante la voz, alejo mi cabeza de la madera de la puerta y me fijo en una joven de cabello rubio arena que entra frente a mí. Ella me mira con expectación, trato de recordar de donde la conozco hasta que veo que esta frente a la puerta de nuestro a apartamento.
De inmediato me doy cuenta de lo que he pensado, Nuestro apartamento, como si fuera de Mad y mío, pero no es así, ella ni siquiera quiere estar aquí. Es como si yo fuera un acosador psicópata que la retiene.
-Emm, si, gracias. -ella asiente lentamente, como si no estuviera del todo convencida, ella es la chica que estaba con su abuela la primera vez que Mad vino. - ¿vives al frente?
-Sí, sí, un gusto, soy Amanda, pero puedes llamarme Amy, ¿Cómo es tu nombre? -una sonrisa enorme cubre su cara al ofrecerme su mano, de inmediato me siento un poco atraído por sus ojos grises, no puedo simplemente dejarla con la mano extendida, así que lo hago, se la estrecho.
-Buster.
-genial, y ¿vives con tu novia allí? -señala el apartamento, miro hacia la puerta y de nuevo una expresión de tristeza se instaura en mi cara, mi novia, si le dijera que somos todo menos aquello, que somos amigos, que somos enemigos, que nos odiamos pero que también nos amamos, ¿Qué es Mad de mí? Realmente no lo sé, pero de lo que si estoy seguro es que ella no es mi novia. Por más que eso me moleste.
-no, somos compañeros de habitación. -compañeros de habitación que no desean serlo, o por lo menos, así parece ser para ella. ¿Cómo es para mí?
-Ouch, y ¿de dónde son?
-Somos de California -ella asiente con una sonrisa, me pregunto si soy yo o es su estado natural. - ¿y tú? ¿Vives con tu abuela?
-Oh, sí. Nos venimos a vivir aquí, mi abuela está un poco enferma y como soy la única que la puede cuidar se queda conmigo.
-eso es muy bueno de tu parte.
-sí, aunque a veces es difícil, ya sabes, la universidad, el trabajo y cuidar de mi abuela, pero ella es prácticamente mi mamá, no puedo dejarla sola. -se alza de hombros sin dejar de sonreír, y pone sus ojos en mí. - ¿y estudias? Digo, me imagino que viniste aquí por lo cerca que esta de la universidad.
-sí, apenas entre este semestre a la de Seattle.
- ¡Oh! Genial, yo estoy en tercer semestre de enfermería en esa universidad. -la miro, un poco impresionado, digo, ella parece mucho más joven. - ¿Qué? Ya sé, crees que miento porque parezco menor, ¿verdad?
-no, no es eso, es solo que, bueno, no pareces tener tantos años. -ella se ríe y niega con su cabeza.
-tienes razón, mucha gente me lo dice, tengo dieciocho, me gradué un año antes por unas clases on-line. -eso lo explica todo, asiento con la cabeza y entonces decido que lo mejor es irme, pero ella sigue hablando, me invita a pasar a tomar un café a su casa y ya que no tengo nada mejor que irme a sentarme solo en una cafetería ya que no conozco a nadie aquí, decido aceptar.
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Si No Te Amara ©
Teen FictionBaje mis ojos, sin ser capaz de mezclarme con aquel par de esmeralda que brillaban pidiendo ser admirados, no podía, porque verlo era tan doloroso como exquisito, como comer helado cuando sabes que te engordara, como ver una película de miedo cuando...