Capítulo 4. Hay una rata en mi cama.
PG-16.
Buster.
La llevo hasta la que será su habitación, ella entra demasiado silenciosa y cierra la puerta sin decir más, pongo mi mano en la madera suspirando, ella esta allí, a solo una puerta de los dos, una puerta y nada más, si solo la abriera corriera hasta ella y la besara, supongo que muchas cosas cambiarían.
Pero el problema era, ¿Qué? Podría ella quedarse conmigo y ser mi novia o solo decidir por irse, la respuesta bailaba más hacia la segunda y ese era mi temor, porque de nuevo, yo vivía como ese chico que amaba sin ser amado, que esperaba sin que lo esperaran a él y lo más importante, que se quedaba haciendo todo esto desde la distancia mientras su corazón se comprimía.
Solo solté una pequeña sonrisa y me di la vuelta, caminando hacia mi habitación que estaba frente a la suya, y de nuevo el destino jugaba un juego cruel conmigo, los dos, frente a frente y sin poder estar juntos.
¿Qué tipo de broma seria esta? La más mala realmente.
-hermano, tu suerte es de culo.
-eso lo acepto. -suspiro por la línea y miro hacia el techo. -ella esta allí, Max, ¡allí! Y eso me vuelve loco, tenerla tan cerca y no poder hacer nada de lo que deseo.
-sí, definitivamente te compadezco. -él se ríe. -es que ¿vivir con la chica que te gusta y te odia? Eso es realmente algo muy gracioso.
-sí, claro. ¿Gracioso para quién?
-para mí. -él se vuelve a reír y escucho unos llamados en la línea. -es la tipa del 602, no hace sino insistir en que le arregle la llave de su baño.
-tal vez quiera que tu estés en su baño al mismo tiempo que ella.
-no bromees con eso, esa tipa está loca, la primera vez que la vi me lanzo su gato encima porque creyó que era un ladrón intentando meterme en la casa de sus vecinos.
Comienzo a reírme, y si yo tengo mala suerte Max no se queda atrás.
-bueno, mejor me voy antes de que traiga a ese gato del demonio, lo juro, es peor que un Rottweiler... y suerte con tu nueva compañera, la van a necesitar.
Apago el teléfono y me quedo viendo hacia el techo, prendo el televisor que me compre y busco algún partido en el canal e intento no pensar que hace Mad, siento unas pisadas en el piso y como una puerta se cierra, minutos después, el agua del baño empieza a salir y mi mente comienza a sulfurarse, Mad bañándose, solo hace necesario que este pensamiento me recorra para que más imágenes de ella en el baño, sin ropa, mojada y santo dios. ¿Por qué estas cosas me tienen que suceder a mí?
Coloco una almohada en mi cara para intentar que no lleguen más pensamientos de ese tipo a mi cabeza, pero escucho como el agua sigue cayendo, me la imagino llena de jabón, con el cabello mojado, su piel bruñida y liza iluminada por el agua y el toque que le da la luz de la tarde, todo aquello solo lo convierte en un mayor sufrimiento, rápidamente busco un canal de música y subo alto el volumen, solo para acallar las gotas de agua y con ello a mis pensamientos.
Me recuesto en la cama y cierro mis ojos, pero no es el sonido del agua, ni es Mad, es mi cabeza que no me deja en paz. Así que guiado por mis acciones y mi cuerpo que no es capaz de controlarse solo camino hasta la puerta de mi habitación y la abro, una parte de mi me dice que no lo haga, que no es bueno lo que haré.
Pero es inevitable, solo camino hasta el baño y veo la puerta sin seguro, algo que me sorprende, suelto un suspiro y me quedo allí, sin ser capaz siquiera de entrar, cierro mis ojos y coloco mi cabeza en la madera mientras trato de controlar mi cuerpo y mis pensamientos.
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Si No Te Amara ©
Teen FictionBaje mis ojos, sin ser capaz de mezclarme con aquel par de esmeralda que brillaban pidiendo ser admirados, no podía, porque verlo era tan doloroso como exquisito, como comer helado cuando sabes que te engordara, como ver una película de miedo cuando...