Capítulo 27. Nunca dejas de ser un tonto.

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Capítulo 27. Nunca dejas de ser un tonto.

Caemos a la cama sin dejar de besarnos, tengo que parar, una parte de mi me dice que tengo que alejar a Buster, más cuando sus manos ya no toman caminos tan inocentes, pero cuando estas tocan mi trasero y lo presionan contra él, sé que es el momento de parar.

-Buster. -casi gimo en su boca, y me sorprendo tanto de mi por este comportamiento, Buster gruñe en mi boca y sigue besándome.

Me encanta, me vuelve loca, su lengua toca la mia y no pienso bien con claridad, tomo su cabeza con mis manos para acercarlo a mí, cuando de pronto, escucho un grito.

- ¡Mad! -me alejo pronto cuando oigo ese grito, miro a Buster asustada y rehusó a mi mente querer volver acercarse a él al verlo, tiene los labios rojos y el cabello hecho una maraña, dios, luce tan sexy de esa forma. - ¡Mad!

Vuelvo a la realidad y me doy cuenta de lo que pasa ¡sigo encerrada con Buster en mi cuarto! ¡Donde nos hemos besados! Dios, y quien sabe que más si no lo hubiera detenido (bueno, más bien el grito de papá), pero la voz de él sigue llamándome, ¿no se fue a trabajar?

-dios, ahora sí que no me dejara salir nunca. -digo al ver que papá no pensara bien cuando vea que estamos encerrados, me levanto muy nerviosa.

Bien, por lo menos ya no vera a Buster de la misma forma. Si, papá, ahora Buster ya no te parecerá tan bueno cuando sepas que ha intentado ligarse a su hija en su habitación.

-mierda. -escucho a Buster, cuando los pasos de papá se oyen subiendo.

-Esto es tú culpa, tonto... -pero no continuo, de pronto, veo como Buster saca algo de su bolsillo y empieza a abrir la puerta.

¡Oh no! Juro que lo mato, no puedo creerlo. Entonces, llena de ira, tomo de nuevo la almohada y me acerco a él enojada, ¡es un idiota! No puedo creer que él me haya besado pero siga siendo el mismo idiota.

-tu serás. -le digo, Buster alza las manos y me mira con miedo.

-juro que no...

- ¡tonto! -empiezo a pegarle otra vez, Buster se queja pero no hace nada, sigo golpeándolo con todas mis fuerzas, el muy cavernícola nos encerró en mi cuarto, es un aprovechado, siempre tuvo las llaves mientras metía su lugar lengua en mi garganta, cuando la puerta de mi habitación se abre, papá me mira a mí y luego a Buster, cuando ve a este, abre sus ojos.

-no puedo creerlo. -sonrió victoriosa y me alejo de Buster mirándolo con una sonrisa.

-sí, papá, ya vez que no él no es tan bueno.

-me voy por unos segundos y tú haces esto. -vuelvo a sonreír, se lo merece por idiota, él me encerró en mi propia habitación con él, ¡no puedo creerlo que sea tan imbécil!

-así es papá, es un abusador.

-lo siento señor, yo no...

- ¡¿Cómo pudiste pegarle?! -lo interrumpe mi papá. Yo solo sonrió.

-si, como pudiste... ¿eh? -volteo a ver a papá, que me está mirando con expresión furiosa.

-sí, señorita, no puedo creer que solo salga unos minutos y tu aprovecharas para pegarle a Buster, ¡¿Qué pasa contigo?!

-pero papá.

-pero nada, mira como lo dejaste. -papá me señala a Buster, quien sonríe viéndome y aprovecha que papá no lo ve para sacarme la lengua, ¡ja! Si fuera por mis golpes por lo que Buster luce así, yo creo que estaría peor.

Pero si es un idiota, y papá, ¿prefiere creerle a él?

-me devolví porque se me quedaron unos papeles, y ¡mira con lo que me encuentro! -papá se acerca a Buster y le da una palmada en la espalda. -si quieres puede irte, yo me encargare de mi hija.

Si No Te Amara ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora