V e i n t i u n o

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[Nota de la autora]

A partir de este capítulo, la historia se desarrollará fuera de WhatsApp.

—SzaraNutella.

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POV Fantasmita

Estaba sumamente desesperado y preocupado, Camil llevaba días sin aparecer.
Había llegado la hora de salir a buscarla a donde fuese, no descansaría hasta encontrarla.
Y le cumpliré la promesa qué le hice en WhatsApp, decirle quién soy.

La búsqueda no sería nada fácil, ya qué no sabía ni siquiera por donde empezar a buscar.
Primeramente pensé en rastrear su celular mediante su número de teléfono, quizá eso funcionaría.
Donde estuviese el celular, estaría Camil. Así qué puse el plan en marcha, y resultó ser qué el celular se encontraba en...¿Un hospital?
Fue ahí cuando me aterre, y supuse lo peor, debía de ir a ese hospital cuanto antes.

Al llegar ahí, fui directo a recepción.

—Disculpe, señorita.

—Sí, dígame.

—¿Aquí se encuentra internada la paciente Camila Pattinson?

La enfermera ingresó su nombre en la computadora.

—Sí, aquí se encuentra.

En ese momento mi corazón se rompió en dos. Le había pasado algo malo, y yo no pude hacer nada para evitarlo.

—¿Cree qué podría verla aunque fuese unos minutos?

—¿Es usted familiar de la paciente?

—Si soy su... —me detuve a pensar en una buena respuesta—.  Primo.

Mentí, debía hacerlo, sino no me dejarían entrar a verla. Por qué tampoco podía decirles qué soy el tipo desconocido qué le envía mensajes por WhatsApp a altas horas de la madrugada.

—Está bien. Puede pasar, su habitación en la número 119 qué está en el segundo piso doblando a la derecha —me señaló la dirección.

—Gracias —asentí.

Inmediatamente me dirigí al segundo piso lo más qué pude buscando exasperado la habitación con el número 119.

Finalmente la encontré.

Me encontraba ahí frente a la puerta sin saber si huir o entrar, el miedo comenzó a invadirme, pero finalmente, me armé de valor, tomé aire, exhalé, giré la perilla y abrí la puerta con la esperanza de qué Camil estuviese dormida en ese momento.

Afortunadamente así era, ahí estaba ella, dormida, con vendas en sus brazos. Me acerqué lentamente a ella para no despertarla, acaricié su cabello, le di un beso en la frente y en su mejilla.

Decidí quedarme un momento.y contemplarla mientras ella dormía, temía dejarla sola ahora cuando apenas la había encontrado, no podía quedarme mucho tiempo por qué tarde qué temprano despertaría y me vería aquí, y eso no era para nada bueno.

Antes de despedirme, le susurré tres palabras al oído.

—Te amo Camil.

Le dejé una pequeña nota a un lado de su cama, cerca de ese florero con Margaritas qué adornaban la habitación.

La amaba a ella, y quería hacerle saber en esa nota qué estuve aquí pero qué no quise despertarla por qué sé que se decepcionaría al verme.
Además de prometerle qué vendría todos los días a verla, hasta qué la diesen de alta.

Creo qué seguiría en mi papel de fantasma, solo qué ahora no sería de su WhatsApp, sería el fantasma de la habitación 119. Al menos hasta qué ella se sintiese mejor como para irse de aquí.
Vendría cuando estuviese dormida para no asustarla.

Ya no le dejaré WhatsApps, ahora serán notas.

El Fantasma de mi WhatsAppDonde viven las historias. Descúbrelo ahora