C i e n t o t r e i n t a y o c h o

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POV Erin

No podía creer lo qué acababa de ver. 

Venía de camino al centro comercial, ya estaba a 3 calles de llegar, vi a Camil a lo lejos qué iba dos calles más adelante qué yo y de un momento a otro, un auto apareció por la calle, y se estacionó bloqueandole el paso a Camil, me escondí detrás de una pared, cerca de la esquina y suponiendo lo peor, vi como alguien con una mascara negra, golpeó a Camil, la metió dentro del auto y condujo a toda velocidad, antes de si quiera poder hacer algo para salvarla. Después de ver eso, decidí qué lo mejor sería llamar a sus padres y después a Ían para informales acerca de lo qué estaba pasando.

POV Camil

Abrí los ojos, vi solo oscuridad, no sabía donde me encontraba todavía, me aseguré de no estar herida y al parecer solo fue él golpe lo único qué me ha herido. Tenía vendadas las manos, y estaba atada a una silla. Tenía miedo, ya qué estaba siendo victima de un secuestro ¿Quienes serán? ¿Qué iban a hacerme? eran preguntas qué comenzaban a abordar mi mente. Y no sé me ocurrió otra mejor idea qué gritar inútilmente. Él miedo me consumía, no podía gritar tan fuerte, mi mandíbula temblaba y la cabeza me dolía.

—¡Ayudenme! ¡ayudenme! ¡ayudenme! —gritaba como podía

Poco después sabía qué nadie vendría, todo era silencio, solo escuchaba mi respiración. Hasta qué...las luces del lugar se encendieron de un momento a otro, encandilándome. Me di cuenta qué él lugar en él qué me encontraba era una casa abandonada. Y parecía encontrarme en lo qué posiblemente antes era, la sala. Las ventanas estaban selladas con tablas impidiendo él paso de la luz del exterior. Me di cuenta qué estaba alguien conmigo ahora, quizá la misma persona qué me secuestró, y me aterraba qué hubiera más personas vigilandome. 

Prontamente escuché pasos aproximarse a donde yo estaba, era él sonido de unos tacones para ser exactos. Y de pronto, ella se hizo presente...era una mujer con una capucha negra qué le cubría la cara. Mantuvo su distancia conmigo, y se quedó mirandome.

—¿Quién eres tú? ¿Qué vas a hacerme? —exclamé asustada

La mujer no respondió a mi pregunta, solo seguía mirandome fijamente.

—¿Qué quiere de mi? Dejeme ir 

Supe qué no serviría de nada seguir preguntando cosas, ella no me respondería, así qué esperé hasta qué ella quisiese hablar o hacer algo. Fueron minutos los qué pasaron para qué esto ocurriera

—¡Sea usted Bienvenida al infierno Camila Pattinson! 

La mujer qué en su momento para mí era una completa desconocida comenzó a tener sentido para mí, lentamente se quitó la capucha dejando al descubierto su rostro.

—¡¡AVRIL!! ¡¿Tú?! pero ¡¿Como me...

—¡Cállate! —me tiró una bofetada—. No me obligues a tener que agredirte de nuevo —creó distancia nuevamente entre las dos—. Escucha con atención Camaleón, quizás tengas muchas preguntas y estés confundida, pero descuida querida, qué se resolverán solas, voy a darte ese gusto, de qué sepas qué haré contigo

Mi respiración se aceleró, estaba muy nerviosa.

—Bien, primero te voy a hacer unas preguntas, y quiero qué contestes solo a lo qué te estoy preguntando, no agregues detalles, una pregunta errónea y me veré obligada a tener qué golpearte de nuevo ¿queda claro?

—Sí —hablé por lo bajó y asintiendo con la cabeza

—Bien ¿Sabes por qué estás aquí?

—No

—¿Sabes por qué te secuestré?

—No —tragué saliva

—¿Sabes en donde estás ahora?

—No

—Muy bien, ahora seré yo quién te responda a las preguntas qué acabo de hacerte 

Se acercó a mi, se puso en cunclillas a un lado mio y prosiguió hablando

—Bien Camaleón, estás aquí por una simple razón...¡Y ES QUÉ TE ODIO! ¡Y ME VOY A DESHACER DE TI COMO DEBÍ DE HABERLO HECHO HACE MUCHO TIEMPO! —me tomó por la mandíbula con fuerza

Comencé a llorar.

—Ahora bien —me soltó de la mandíbula—. Por esa misma razón te secuestré y te traje aquí, a está casa abandonada —miró hacia todos lados contemplando él lugar—. Aquí vine mucho de niña 

Me limité a mirarla.

—¿Eso responde a tus preguntas?

—Sí, pero no a todas 

 Tenía miedo de qué fuese a golpearme de nuevo

—¡¿Qué más quieres saber?!

—¿Qué vas a hacerme?

—¡Ah! ¡Ya era hora de qué lo preguntara! —se puso en pie y se dirigió a una caja qué estaba en un extremo de la habitación—. Presta atención Camaleón. Dentro de está caja yo iré metiendo una serie de cosas contigo adentro —carcajeó

—¡¿Qué cosas?!

—Bah, cosas como comida y eso

—¡¿Qué estás pensando hacerme Avril!! ¡¡Habla ya, maldita sea!! —grité

—¡¡TE VOY A ENVIAR POR CORREO A EGIPTO!! —me miró furiosa





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