T r e i n t a y o c h o

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POV Camil

Había llegado la hora de encontrarme con mi Ían, había empezado la hora del descanso hace ya varios minutos.
Corrí a la cafetería a encontrarle, y ahí estaba él, puntualmente. Ahora la qué llegó tarde fui yo. Corrí a saludarlo.

—Ían, hola —al verme se acomodó el cabello.

—Hola preciosa —me abrazó.

—¿Llevas mucho aquí?

—No tanto, llegué hace 3 minutos.

—Bueno, lamento la tardanza pero aquí estoy —lo abracé—. Me da mucho gusto volver a verte.

—A mi también me da mucho gusto verte Cerezita —me acarició el cabello.

—¿Cerezita? —me sonrojé—. ¿Por qué?

—Por qué cuando te sonrojas pareces una linda Cerezita —rió.

—Pues tú pareces un Tomatito cuando te sonrojas

—...Esté —sonrió nervioso.

—Qué lindo —sonreí.

—...Emmm... —se quedó pensativo unos instantes—. Omaet —su sonrojo fue mucho más notorio que él anterior.

—¿Omaet? —le miré fijo.

—Omaet —susurró.

—¿Qué significa?

—La respuesta está en tú corazón —rió.

—Tendré qué averiguarlo —me encogí de hombros.

—Suerte con ello preciosa

—Eres todo un misterio Ían, oh debería decir Fantasmita

—Y tú eres tan descifrable Camil

—Creo qué estamos hechos el uno para el otro. Y quizás Omaet sea nuestro para siempre —reí ante mi comentario.

El Fantasma de mi WhatsAppDonde viven las historias. Descúbrelo ahora