S e t e n t a y o c h o

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POV Camil

Entramos a la pastelería y nos sentamos en una mesa, él señor Brown se detuvo un momento a mirar por la ventana antes de comenzar a hablar.

—Bien chicas, como dije —tomó asiento a la izquierda de Karla—. Tengo muy buenas noticias.

—¿De qué se trata señor Brown?

—Se trata de una especie de expansión

—¿Expansión? —cuestionó Karla

—Sí, es sobre la pastelería. Veánlo como cambio de local o tener otra sucursal como ustedes lo prefieran.

—¿Y eso significa qué...? —comencé a hablar suponiendo lo siguiente que diría él señor Brown

—Qué como nos ha ido tan bien en estos últimos meses en él negocio con eso de las ventas y demás...hablé con cierta gente y creen que sería buena idea poner una sucursal.

—Vaya ¿Es enserio eso Señor Brown?

—Vamos Pattinson ¿Por que les mentiría en algo como esto? Ed más que cierto ¡El negocio finalmente se ha expandido justo como mi esposa quería!

—¿Y ya sabe dónde va a poner esa otra sucursal?

—Claro, ya hasta tengo a mis empleadas que la ocuparán.

—¿Tanto así Señor Brown?

—Claro, quién mejor que ustedes dos para atender la sucursal...

—Enserio muchas gracias Señor Brown por considerarnos a ambas como una buena opción para atender la...

—¡Y lo mejor de todo es qué la sucursal estará establecida en Nashville! ¡Justamente de dónde vengo! —me interrumpió

—¡¿Qué?! —me levanté de la mesa sobresaltada—. ¡¿Nashville?! ¡¿Es enserio, Nashville?!

—¿No te agrada la idea Cami? —preguntó Karla—. A mi me parece bien. Por mi parte acepto atender esa sucursal allá señor Brown, cuente conmigo.

—¿Y tú Camila? ¿Aceptas?

—...Bueno...es qué ahora no puedo viajar...

—¿Por qué no ? Anda Pattinson, es una muy excelente oportunidad, será él triple de la paga ya qué él local ahí es él doble de grande. Si no tienes él dinero, yo te puedo proporcionar un préstamo y...

—Agradezco su gentileza Señor Brown pero...

—Piénsalo, anda. Tienes él día de hoy y él fin de semana. No te arrepentirás —me sonrió

—Está bien lo consultaré con mi almohada

—Sí tomate tú tiempo, pero ocupo una respuesta de tu parte pronto por qué nos vamos en una semana o menos. Ya casi está todo listo.

—...Está bien —titubeé

—Bueno Camila, debo ir a supervisar como andan las cosas por allá. Te dejó trabajar

—Claro, hasta luego Señor Brown

Cuando Karla y él Señor Brown se fueron apareció Matthew —sí, así se llama él chico de la pastelería que siempre venía a pedir sus galletas con su respectivo descuento hecho por mi, y que a veces cuando no tenía mucho trabajo conversaba conmigo...debía saber su nombre, llamarlo así era demasiado largo— y se acercó al mostrador.

—Hola Camila —se apoyó en él mostrador

—¿Docena de galletas con su respectivo descuento hecho por mi?

—Claro, además como veo que no tienes mucho trabajo hoy, también vengo a conversar contigo.

—Es genial eso, por qué, bueno a alguien debo de contárselo y ya no aguanto —me metí a la cocina por las galletas.

—¿Que ocurre? Te noto nerviosa

—Se trata del señor Brown —salí de la cocina con las galletas

—¿Que ocurre con él?

Me detuve un momento a respirar y pensar si debía decirle de esto.

—Bueno...él, ha conseguido tener otra sucursal en Nashville —le entregué las galletas

—Eso es bueno

—Para un hombre de negocios de cuarenta y tantos años sí, pero para una chica de 20 años, no tanto.

—¿Por qué?

—Bueno, para empezar, el quiere que Karla y yo llevemos las riendas de esa sucursal.

—Camila, eso es muy bueno, yo no le veo lo malo. Si te preocupa el no saber manejar la situación sería un poco contradictorio ya que por lo que me has contado las ventas en este lugar han subido y el señor Brown te lo atribuye a ti, lo comprendo. Quiere tener a su mejor empleada en la nueva sucursal.

—Me dijo que sería paga al triple por qué el local es el doble de grande que éste, eso significa, que habrá más gente.

—También significa que tendré que ir hasta Nashville, solo para comprar mi docena de galletas con su respectivo descuento.

—Puedes seguir comprándolas aquí, no necesitas ir.

—¿Con su respectivo descuento?

—Creo que deberás olvidar esa parte.

—¿Entonces aceptarás trabajar allá?

—No lo sé

—Entonces aún no olvidaré el respectivo descuento.

—Debo pensarlo todavía —suspiré

—¿Pero por que te lo estás pensando todavía? ¿Cuál es el problema? Con lo que ganes podrás rentar un apartamento allá.

—No es ese el problema

—No te entiendo Camila ¿Quien podría negarse a aceptar una triple paga? Ah, ya sé. Solo Camila Pattinson.

—Matthew, no lo entiendes, no puedo volver a Nashville.

—¿Ya has ido antes? ¿Y por que dices que no puedes volver?

—Nada en especial. Olvidalo

—Oh vamos Pattinson, sabes que puedes confiar en mí, debes de tener alguna razón muy aparte por la cual digas que no quieres ir a Nashville.

—La tengo pero...

—¿Pero qué?

—Te lo contaré luego, ya que piense si aceptar o no.

—Oh ¿que te parece si me cuentas hoy en la noche?

—Sí, habrá una fiesta y no tengo con quién ir.

—¿Me estás pidiendo que vaya?

—Sí —sonrió

—...Lo pensaré

—Vaya, vaya. Camila Pattinson es una tipa de pensarse las cosas —reí ante su comentario.

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