El Fantasma de mi WhatsApp

N o v e n t a y s i e t e

POV Ían

Venía caminando por las calles de la ciudad, sin rumbo, con la música de los auriculares acompañandome en mi camino a ningún lugar en específico.
Me ponía a pensar qué podría estar haciendo de estar Camil aquí conmigo, quizás todo sería tan diferente.
Me hería el ruido de los automóviles al pasar, quería silencio y quietud.
Seguí caminando hasta que llegué a un parque desconocido para mi.
Tantas vueltas que le había dado ha Nashville (365 para ser exactos) y jamás lo había visto.
Entré a caminar por ahí, di unas cuantas vueltas concentrado en la música de mis audífonos.
Después noté que en este lugar había una especie de lago, muy cristalino, el parque a esta hora se encontraba vacío, y cerca del lago había una sola persona, una chica para ser exactos, de espaldas hablando por celular.
Tenía la misma clase de estilo que la chica que vi la noche anterior, solo que esta tenía un vestido rosa, con flores negras, el cabello suelto y unos tacones bastante altos.
El viento revolvía su cabello, pero al parecer a ella no le importaba que su cabello se despeinara, seguía mirando el lago y hablando por celular.
Me encontraba muy a lo lejos de ella, pero no lo suficiente como para no verla.

POV Camil

Seguía mirando el lago, de pronto vi una piedra, la tomé entre mis manos, y la lancé al pequeño lago.

—¡¿Por qué Ían Langdon, por qué no puedo olvidarme de ti?! —grité mientras veía como aquella pequeña piedra que lancé se hundió.

No se me ocurrió otra mejor cosa que llamar a Erin.

Llamada entrante de Cami...

—¿Cami?

—Erin ¿Dónde estás ahora? Cuando salí del depa en la mañana no te encontré por ningún lado ¿Si llegaste a dormir anoche?

—Tranquila Cami —rió del otro lado de la línea—. Ya pareces mi mamá, claro que llegué a dormir, solo que algo tarde, ya te habías dormido y no pude hablar contigo sobre lo de ayer.

—Lo sé ¿Dónde estás?

—Viendo las tiendas de mascotas, quisiera comprar un perrito pero no logro decidirme, son todos tan adorables. Pensaba pasar por la pastelería de una vez que ando cerca por aquí ¿Por qué?

—¿Podrías venir? Pero no a la pastelería no estoy ahí, estoy en el parque que está por ahí cerca.

—Claro, voy para allá

—Está bien aquí te espero

—Vale, chao

—Chao.

Llamada Finalizada.