C u a r e n t a

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POV Ían

Salí corriendo de mi casa rumbo a la de Camil, debía protegerla a toda costa, no permitiría qué le pasase nada malo.

Al llegar, toqué la puerta tres veces, al no obtener respuesta, lancé una pequeña piedrita a la ventana de Camil. Pasaron 2 minutos para qué ella me abriera la puerta, me invitó a pasar rápidamente.

—¿Qué sucede Camil? —le abracé fuertemente—. Ya estoy aquí princesita

—Escuché ruidos afuera —señaló la ventana.

—Descuida Camil, lo qué halla sido ya se debió de haber ido, por qué yo no vi a nadie afuera

—¿Y si fue un fantasma?

—Camil ¿Como crees qué yo te voy a asustar de esa forma?

—No Ían, yo hablo de otro fantasma.

—¿Otro fantasma? ¿Otro? —exclamé sorprendido.

—Sí.

—Ah, o sea qué ¿me estás engañando con otro fantasma? —fingí sorpresa e indignación. 

—No —rió—. Ían, hablo de un fantasma de verdad.

—Ya lo sé, solo bromeaba. Aunque no creo que halla sido eso.

—De todas formas, sigo algo asustada.

—Aquí estoy pequeña, no me iré si no quieres —la abracé más fuerte

—Gracias fantasmita.

Me guió hasta la sala de su casa, nos sentamos, y me quedé con ella hasta qué se quedó dormida junto a mi, de todas formas no quería dejarla sola. Y pasado el tiempo, me había quedado dormido mientras la abrazaba.

El Fantasma de mi WhatsAppDonde viven las historias. Descúbrelo ahora