4. Te odio

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Inmediatamente suelto el cuaderno y cierro el cajón.

-Yo... Estaba... ¿Explorando? Si, y no estaba leyendo nada, ni he abierto este cajón. Es más, lo que has visto te lo has imaginado.

Lo he hecho genial. Seguro que así no sospecha. ¿Era su diario?

Al ver que no contesta, me giro lentamente para asegurarme de que sigue aquí. Cuando le veo, empiezo a temblar. Está enfadado, me va a matar, por metomeentodo. La curiosidad mató al gato y Hunter mató a Anabell.

-Haré como si no he escuchado nada, porque dudo mucho que seas tan imbécil como para que te delates tú sola -sigue con su mirada helada fija en mis ojos- ¿Has estado llorando? -dice mientras se acerca lentamente.

-Yo... Sí, no, quizás, tal vez, es una opción, probablemente... ¿Me matarás si digo que sí? -suspiro- me vas a matar igual, ¿verdad? Seguro que le has echado veneno a la comida, inclusive a la bebida, o quizás quieras engordarme para comerme como la bruja de Hansel y Gretel...

-Definitivamente no te mataré -sonríe- eso de envenenar la comida parece una buena idea, me lo apunto. No me tomes a mal, pero yo no soy un caníbal.

Mierda, he vuelto a darle ideas.

Me coge del brazo y me lleva hasta la cocina, es bastante amplia y los colores que predominan son el blanco y el negro. Él me dirige a la mesa donde hay un par de platos con sus respectivos cubiertos y un par de vasos con agua. Esos espaguetis tienen demasiada buena pinta. Me siento y espero a que él empiece a comer, pero solo se dedica a mirarme fijamente. Aprovecho para analizarlo por primera vez. Su pelo es relativamente largo, sus ojos son de un color gris que podría imnotizarme. Está empezando a salirle barba, supongo que llevará sin afeitarse unos cinco días, esto lo sé gracias a Ashton.

Ay, Ashton, ¿dónde estás?

-¿No comes? -pregunta seriamente.

-Estaba esperando a que empezaras... -susurro mientras cojo el tenedor y empezamos a comer.

Comemos en silencio, una vez terminamos, decido lavar los platos. Quizá si me port bien, me deje irme.

¿Pero qué digo? No saldré de aquí nunca con vida.

Una vez he terminado, me dirijo al salón a ver si Hunter se encuentra ahí. En efecto, está tumbado en el sofá central y haciendo zapping. Deja las noticias.

Les informamos de que el famoso Hunter Kill estuvo anoche a las 20:12pm en el banco. No robó nada, pero los testigos afirman que se llevó un rehén. La chica en cuestión es Anabell Stone. Les dejamos con su hermano mellizo.

-No debí dejarla sola. Ella dijo que tenía un mal presentimiento, no quería ir sola, yo era su héroe, ¿saben? -solloza- Ana, si ves esto, prometo salvarte, estés donde estés. Aguanta pequeña.

Un muchacho muy leal, sin duda. Al parecer la chica sí que tenía razón con su sexto sentido. A continuación, los deportes."

-Ashton... -susurro. No soy consciente de que estaba llorando hasta que he notado la cara húmeda.

-Parece un buen chico. Pero no podrá cumplir su promesa, qué pena -dice. Es demasiado frío, demasiado retorcido.

-Te odio -digo sin pensar.

Él se encoje de hombros.

-No es la primera vez que me lo dicen.
-Eres un imbécil, un asesino, egoísta, ladrón, odioso, estúpido, retorcido... -iba a continuar con mi lista de insultos pero el me tapa la boca con su mano. Le muerdo- ¡Déjame salir de aquí! No me toques.

-Di lo que quieras, pero tú solita te has buscado esto. ¿A quién se le ocurre decir «Genial» cuando hay un asesino? Si no me hubieras dado ideas, ni hubieras captado mi atención, no estarías aquí. Es tú culpa.
-Eres un... Un...

-Lo que sea. Dulces sueños, estoy harto de escucharte -acto seguido se pone detrás de mi y todo se vuelve negro.

Me duele la cabeza, siento el roce de las sábanas contra mi piel, ¿llego tarde a clases? No creo, Ashton me despertaría, quizá él también se haya dormido. Soy una morsa, así que dudo que yo me haya despertado antes de tiempo. Abro lo ojos.

¿Dónde estoy?  Esto definitivamente no es mi habitación. Hay una enorme ventana a mi derecha con vistas a lo que parece ser un campo con flores. ¿Estoy soñando? Intento recordar que hice ayer y como un rayo de luz, viene Hunter a mi cabeza. ¿He muerto y estoy en el cielo?

-Al fin despiertas -aparece de pronto y pego un brinco.

-¿No estoy muerta? -pregunto más para mi misma que para él.

-¿Quieres estarlo? -pregunta sonriente- No te quejes tanto, no te he tratado tan mal. Podrías seguir en mi sótano, siendo torturada pero estas en una habitación, con cama. Y te recuerdo que ayer comiste bien, cuando podría dejarte a pan y agua, o con nada.

-Gracias -digo confusa- ¿y por qué no eres cruel?

-Digamos que... No te importa. Vístete, tienes ropa en el armario, es nueva así que no hagas más preguntas -sale de la habitación.

Instintivamente levanto las sábanas y veo que llevo un camisón de tela puesto. ¿Me ha cambiado él...?  Siento mis mejillas arder.

Me levanto y miro en el armario, está lleno de ropa, camisetas, camisas, vestidos, pantalones de cualquier clase, faldas y zapatos. ¿Se ha molestado en comprar todo esto? ¿Cuanto tiempo piensa tenerme aquí?
Cojo unos vaqueros y una camisa azul cielo junto a unas converse blancas. Una vez vestida salgo del cuarto y veo que hay una habitación a mi derecha, ¿será la de Hunter? Antes de siquiera pensarlo me encuentro a mi misma dentro de la habitación frente a un Hunter sin camiseta. Ay, que alguien me mate.

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Espero que os esté gustando el rumbo de la historia.

¿Por qué Hunter es tan amable y a la vez tan cruel?

¿Por qué Anabell es tan curiosa?

¿Qué creéis que pasará ahora?

¿Qué opináis de Ashton?

Enamorada del asesino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora