14. Ministerio

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Ahora mismo estamos tumbados sobre el césped. Acabamos de terminar de comer y hemos gastado un par de bromas. Nunca había tenido un cumpleaños así... Pero me gusta. Hunter parece cómodo, con los brazos detrás de su cabeza y su lenta respiración... Parece que se ha dormido y me entra sueño a mi también, así que dejo de mirarle y cierro los ojos.

-¿Te ha gustado la comida? -susurra.

Hemos comido arroz con algún tipo de carne... Y también fruta, y tarta.

-Sí, todo estaba muy bueno, gracias.

-¿Por qué no me odias? -admito que esta pregunta me sobresalta.

-¿Por qué debería? Vale, esto es una pregunta aún más tonta. Digamos que no me has hecho nada malo, quitando lo de secuestrarme. Me tratas bien y, no sé, no me das motivos.

-Estás loca. Te separo de toda tu familia y necesitas más motivos.

Empiezo a reírme, no una risa normal, sino una tonta de las que salen cuando hacen alguna tontería y no puedes parar. Hunter se une a mis risas.

-Ven, aún queda mucho día y me gustaría llevarte a un sitio. Te explicaré en el coche.

Sin pensarlo mucho me levanto y recojo las cosas para acto seguido montarme en el coche con él. Puedo notar la serenidad en su mirada.

-¿Dónde vamos ahora? -pregunto.

-¿Qué es lo que más te gustaría hacer? Espera, no respondas. Ver a tu hermano, ¿verdad? -asiento- Pues vamos a al Ministerio -no entiendo donde quiere llegar con eso, no me interesa el ministro-, tu hermano va a estar allí y te voy a llevar con él, para que le abraces y esas cosas. No te estoy liberando, iré contigo y pasaremos desapercibidos, ¿vale? Yo dormiré al ministro con cloroformo y tú tendrás aproximadamente veinte minutos para hablar con él y nos iremos, no te voy a dejar sola con él, pero es lo mejor que te puedo ofrecer.

-Gracias -susurro y me quedo mirando la carretera sin decir ni una sola palabra más.

Hunter me está llevando a ver a mi hermano, ¿por qué? Soy su rehén y debería ocultarme como mínimo. Él es... Demasiado buena persona. Independientemente de su "oficio", estoy segura de que si se dedicó a ser asesino fue por algo, pero... ¿por qué?

¿Cómo se puede ser tan malo pero bueno al mismo tiempo?

Cuando me doy cuenta ya hemos llegado al Ministerio. Hunter sale del coche y me ayuda a salir a mi. Acto seguido me indica como debo actuar, básicamente usaremos el sigilo, en resumen de lo que me ha dicho, este sitio es muy grande y no hay gente en exceso, por eso solo dormirá al ministro, es el único que podría vernos.

Entrar ha sido muy fácil, ya que sólo hemos tenido que entrar por una ventana. Estamos todo el rato en silencio y eso me pone nerviosa. Con suma delicadeza de no hacer ningún ruido, esquivamos a todas las personas que pasan entre los pasillos, subimos a la segunda planta y Hunter me señala una puerta. Ahí está mi hermano, lo presiento.

Hunter abre la puerta lo justo para pasar y sin llamar la atención demasiado, al entrar, la cierra detrás de si. Mi hermano está de espaldas a nosotros y el señor ministro nos mira fijamente. Cuando vuelvo a mirar, Hunter ya tiene un pañuelo sobre la boca del ministro.

-¿Pero qué...? -susurra mi hermano. Aun no se ha percatado de la presencia de Hunter, ya que este sigue agachado.

Esta habitación es demasiado grande.

Ashton se gira y veo la incredulidad en sus ojos. Luego ilusión y después alegría.

-Anabell... -se levanta y se acerca corriendo a abrazarme.

Mientras él me abraza veo como Hunter atraviesa la habitación y se queda lo más alejado de nosotros, me mira y acto seguido se señala la muñeca, no tengo mucho tiempo.

-Escucha, Ash... Te quiero, te quiero mucho. No me ha hecho nada, estoy perfectamente. Muchas felicidades hermanito -digo al separarme de él.

-¿Cómo has escapado? ¿segura que estás bien? -dice pasando su mano por toda mi cara y llorando- Te he echado mucho de menos, todos en realidad.

-Ashton... No he escapado -digo mirándole fijamente.

-¿Cómo? -pregunta incrédulo.

-Hunter me ha traído porque es nuestro cumpleaños -aclaro-, no es tan malo como parece.

-¿¡Ese desgraciado está aquí!? -grita enfadado.

¿Pero qué? Ashton nunca ha sido así de violento. ¿Qué le ha pasado?

Sin esperarmelo en absoluto saca un arma de la parte trasera de su pantalón y le apunta. Carga el arma y creo que el corazón está a punto de salirme del pecho.

-¡NO! -grito y pongo el brazo delante del arma.

No debería haber hecho eso.

Veo lentamente como la sangre empieza a salir de mi antebrazo. Duele, duele como nunca antes me ha dolido nada.

-Ana... yo no... no quería yo... -Ashton suelta el arma y se arrodilla en el suelo- ¿estás bien...?

No soy capaz de contestar, no soy capaz de hacer nada, el dolor es demasiado fuerte.

-No está bien. La acaban de disparar. La acabas de disparar tú, su hermano -dice Hunter que aparece delante de mi y me coge en brazos-. Yo seré un asesino, pero nunca dispararía a Anabell, nunca dispararía a alguien a quien quiero.

-¡Cállate! ¡Maldita sea, todo es por tu culpa! -Ash intenta coger su arma pero Hunter es más rápido y le da una patada- ¿Ahora qué? ¿me matarás delante de ella? Eso te encantaría. A saber qué cosas le habrás hecho a mi inocente hermana, a la persona que más quiero. Eres un asesino, ¡ASESINO!

Hunter no se inmuta ante sus palabras. Solo se dedica a atarme un trozo de tela que ha arrancado de una cortina en mi herida. Duele. Arde. Hay mucha sangre. No quiero mirar más ahí.

-No la pienso matar, me la voy a llevar. ¿Sabes por qué? -Hunter saca un arma y me apunta a mí, sí, a mí- Tú, más te vale seguir en shock o no escuchar absolutamente nada. Bien, ahora te digo a ti -señala a mi hermano- para tú información, tu hermana no podría estar mejor que en mi casa, como está. No la obligo a nada, y ella siempre está sonriendo, haciendo la comida y las tareas de casa sin que yo se lo pida. Es la chica más inocente, bondadosa, infantil y risueña que he conocido. Jamás sería capaz de dispararla como tú, porque creeme, tenías un segundo para detenerte antes de pulsar el gatillo y no lo has hecho, por el odio que me tienes. Es el karma. No voy a devolverte a Ann, ¿sabes por qué? Porque se está volviendo la persona más importante de mi vida y la quiero conmigo. Y al parecer, es recíproco.

Enamorada del asesino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora