Kyle me llevó en brazos hasta su coche y mandó a Cedric a coger otro coche para él.
-No me gusta que la gente suba a mi coche, lo siento -me sonríe y me baja por fin al suelo para sacar las llaves y abrir su precioso y seguramente caro coche.
-Oh, iré en el coche de Cedric entonces -empiezo a caminar y Kyle me detiene cogiendo mi brazo.
Al mirarle a la cara le encuentro con un semblante serio. Me cuesta mucho ver a Kyle sin una sonrisa, parece como si no fuera él.
-Ann, tú no eres como la gente. Todo lo que tengo debes considerarlo tuyo, ¿está bien? -me limito a asentir y él vuelve a sonreír.
Nos subimos al coche y él enciende la radio y me deja ponerla donde más me guste. Dejo sonar de fondo una canción de Ariana Grande y a los pocos segundos ambos la estamos cantando mientras reímos. Lo mismo pasa con el resto de canciones que siguen sonando.
-Oye, Ann... Espero que no te parezca mal, pero vamos a pasar por un centro comercial para comprar ropa y demás -no aparta la mirada de la carretera-. Quiero decir, con las prisas se me ha olvidado pedirte que hicieras la maleta y... No sé, puedo pagarte todo lo que necesites, ya que no sé cuánto tiempo vas a quedarte en casa -me mira un segundo para sonreírme y luego vuelve la vista a la carretera.
-Me gustaría no ser mucha molestia... -su cara hace una mueca de disgusto-. Ya sé que para ti no soy ninguna molestia, pero aún así. ¿No puedo mandar a Cedric a coger algunas cosas de la casa? Incluso si llamo a Sean seguro que...
-Ann -me interrumpe-. Ellos deben darse cuenta del mal que han causado. Parecen mayores, pero tienen mentalidad de niños. Están castigados y la mínima cosa que sepan de ti, les hará sentirse mejor y no se lo merecen. Dejales preocuparse y darse cuenta de sus errores, sólo así se arrepentirán de verdad, sobretodo Hunter.
Asiento y veo como llegamos al recinto comercial. Todo lo que dice Kyle tiene sentido pero... Bueno, supongo que tiene razón. Hunter iba a matar a Thomas... Me había amenazado, ¿por qué? ¿qué he hecho? ¿qué puedo hacer?
De pronto siento la mano de Kyle acariciando mi cabeza y le veo sonreír. No sé cómo lo hace, pero consigue calmar mis pensamientos. Le pido que vayamos a la farmacia primero y me vendo el corte de la mano. No es muy profundo, pero es lo bastante grande para molestarme. Él parece enfadarse al ver mi herida pero no sé muy bien con quien.
-Me la he hecho yo -le digo para que se tranquilice, pero parece no funcionar-. Rompí un vaso -me excuso.
-Ann, no lo intentes -me mira triste-. Se que fuiste tú, pero a causa de la situación en la que te habían puesto. Os tenía vigilados, bueno, en verdad uno de mis hombres de confianza. Cada vez que pasaba algo me llamaba y yo lo veía y juzgaba. Cuando te vi enfrentarte a Hunter casi me alegré, hasta que vi que casi te cortas a ti misma. Sé que no eras tú, pero aún así. Cogí el coche y empecé a ver durante el camino lo que pasaba en la habitación. La única solución que he encontrado ha sido traerte conmigo y... Entrenar tus dos caras -me mira serio, con una cara que espera una respuesta.
-Está bien, gracias -me limito a responder sonriendo. Es cierto, necesito que me entrene, no puedo seguir siendo tan débil.
Paseamos un rato hablando de cosas triviales para conocernos mejor según Kyle y mientras vamos comprando cosas. He de admitir que tiene mejor sentido de la moda que yo. Nos tomamos un helado y seguimos comprando. Me ha hecho elegir más de diez vestidos de gala porque según él, pronto los voy a necesitar para algo que me contará al llegar a su casa. Estoy impaciente por saberlo.
Cuando oscurece, por fin, nos vamos a casa. Ha sido muy divertido estar todo el día con él. Me ha comprado demasiadas cosas a mi parecer, pero también se ha comprado casi la misma cantidad para él. Supongo que es un poco derrochador, pero se lo puede permitir. Una vez en el coche volvemos a cantar.
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Enamorada del asesino.
Teen FictionAnabell Stone es una chica temerosa con una imaginación impresionante. Tanto que, al ser secuestrada por el famoso asesino Hunter «Kill», le da decenas de ideas sobre como torturar a sus víctimas. "Le veo acercarse con un cuchillo en su mano. Me va...