-¿Qué quieres decirme? ¡Deja de ser tan misterioso, me pones nerviosa!
-Es que... Me voy -dice agachando la cabeza.
Evito poner los ojos en blanco.
-¿A una de tus misiones? -como si no se fuera casi todos los días.
-Deja de llamarlas así, es mi trabajo -gruñe- y sí, me voy pero no solo una tarde, estaré unos días fuera.
¿Qué?
-¿Cuántos días? -pregunto más fría de lo que podría imaginar que sonaría.
-Tres o cuatro. ¿Es que me vas a echar de menos?
-No. Para saber cuánto tiempo me va a tocar aburrirme aquí, sola.
-¿Quién ha dicho que te dejaré sola? -le miro con intriga- Estaba pensando en llamar a Marie. Quizá llame a Loren.
-¿Y esas quiénes son? -me cruzo de brazos.
Él mira hacia otro lado ¿avergonzado?
-Oh, Dios... No me digas que tú y ellas... -pongo una cara de horror.
-Sí, bueno. ¿Qué más da? Solo cuidarán de ti. Así no te aburrirás.
-¡No soy una cría! Puedo cuidar de mi misma y prefiero morir de aburrimiento antes de dejar que me cuiden tus «amigas» las prosti... Amigas con derecho.
Se empieza a reír, demasiado fuerte.
-¿Celosa, cherub?
-No. Pero podrías buscar a mi ex para que me cuidara, no estaría nada mal, así podría intentar lanzarme con él -le acabo de poner furioso. Genial- ¿Celoso, démon?
-Infantil. Me voy. Adiós. Que te diviertas tú sola.
Da media vuelta dirigiéndose a la puerta.
-¡Espera! -se para en seco- ¿te vas ya de ya? ¿y si te hubiera dicho que quiero quedarme con Marie? -me cruzo de brazos.
-Sabía que te negarías. ¿Algo más o me puedo ir ya? -vale, está enfadado.
-Vete.
Me doy la vuelta en dirección a mi habitación, como si no me importara en lo absoluto su marcha. Hasta que no empiezo a subir las escaleras no le escucho empezar a caminar. Si él está enfadado, yo también puedo estarlo. Dejar sola a su rehén... Así podré escaparme, ¿no?
Me tiro en la cama boca abajo. A quién quiero engañar, sabe de sobra que no me escaparé. Ha dicho que estará fuera tres o cuatro días. Lo que sí podría hacer sería irme a dar una vuelta por la zona. Si encontrara una gasolinera, o algo así, podría llamar a mi familia para decirles que estoy bien. No he pensado detenidamente en como puede estar mi madre, ni mi querido padre. Por no mencionar a Ashton... Mi Ashy. ¿Él sabrá que Sean es Hunter? Algo referido a él es, ya que cada vez que lo menciono se pone peor que una mula.
En fin, pasados unos minutos decido levantarme de la cama y arreglar la puerta de mi habitación, que sigue en el suelo. Al arreglarla, gracias a mi padre que fue quien me enseñó, no tardo más de una hora, pese haber estado un buen rato buscando las herramientas, que he de decir estaban en el desván. Primer día y ya estoy aburrida. ¿Habrá cerrado con pestillo?
Bajo a trote las escaleras, y compruebo que no está cerrada. El problema es que si salgo no podré entrar. A no ser... De que deje la ventana de la cocina abierta, así podré saltar y si vienen a robar... No sé. Voy a la cocina y compruebo que sí es posible que pueda saltar desde fuera. Así que salgo a la calle y empiezo a andar siguiendo la carretera.
ESTÁS LEYENDO
Enamorada del asesino.
Teen FictionAnabell Stone es una chica temerosa con una imaginación impresionante. Tanto que, al ser secuestrada por el famoso asesino Hunter «Kill», le da decenas de ideas sobre como torturar a sus víctimas. "Le veo acercarse con un cuchillo en su mano. Me va...